Fenómenos inexplicables en el museo Reina Sofía de Cádiz
En las calles y edificios de Cádiz se esconden una gran cantidad de sucesos extraños por descubrir que adquieren un mayor peso y protagonismo en aquellos que tiene un peso dentro de la vida pública de la ciudad. Y no es de extrañar que hablar de Cádiz sea sinónimo de hablar de eventos inexplicables si tenemos en cuenta que se trata de una de las ciudades más antiguas de España y, por siempre, trimilenaria. Por todo ello debemos de encaminar nuestros pasos a un lugar donde, en la actualidad, habita el misterio: el museo Reina Sofía.
El Museo Reina Sofía se encuentra enclavado en el antiguo pabellón de ingenieros militares y fue sede del gobierno militar de Cádiz, aunque hoy su uso sea menos bélico y más cultural. De enorme grandiosidad y suntuosas evocaciones este museo recuerda la vieja gloria del edificio y, también, los secretos que esconde.
Debido a ello una persona que trabajó en el edificio nos comentaba recientemente: “lo peor del edificio es pasar las noches allí, se escucha de todo, desde puertas que cierran y se abren y luego no hay nada abierto o el arrastrar de muebles en los pisos superiores”. Incluso se habla de “arrastrar de cadenas”, quizás en una quimérica visión del arquetipo del fantasma victoriano. “Los compañeros hablaban de experiencias en el interior del edificio, de esos ruidos extraños e, incluso, de haber visto una figura, una sombra que se pasea por la segunda planta”.
Y no debe ser fácil trabajar en un edificio donde, al caer la noche, los bustos que están expuestos en el mismo crean extrañas siluetas y perfiles “de otro mundo”.
Entre los buenos investigadores de Cádiz también hay quienes han tenido sus experiencias en el interior, como el caso de John Pantoja, que en una visita nocturna al lugar le pareció ver como algo cruzaba por el campo de visión de su ojo izquierdo, al mirar sólo pude sentir como crujía una puerta y su pomo estaba “ligeramente suelto”.
Nuestro informante igualmente indicaba: “No es raro comprobar como se enciende una luz en la noche, o resuena una puerta o, simplemente, el ascensor comienza a funcionar solo…” y dejó una intrigante coletilla diciendo “pero han pasado cosas más gordas aquí dentro, aunque eso deben ser mis antiguos compañeros quienes lo cuenten, a mi no me pasó”.
Fuente: https://www.cadizdirecto.com/