El fantasma del Hotel de Sada

En el polémico hotel abandonado de Sada (A Coruña) vive un fantasma que aterroriza desde hace tiempo a los vecinos donde todos elloss coinciden al describir a un hombre grueso y de gafas que a veces se asoma por las ventanas del Hotel Sada Marina.
El presunto espectro incluso declama poesías, siempre desde alguno de los balcones de la cuarta planta del antiguo cuatro estrellas. “Durante varios días vi un hombre gordo con lentes, iba vestido con traje oscuro y parecía de otra época, estaba como recitando unos versos”, asegura Manuel Pereira, residente en la zona.
“Era un hombre que me saludó con la mano desde una de las habitaciones del último piso del hotel, y me dio un escalofrío porque sabía que ese señor non era de este mundo”, añade.
Idéntica visión sostiene Margarita M., otra vecina: “Estaba tendiendo la ropa y me fijé en una figura oscura que se estaba en una de las habitaciones de la cuarta planta del hotel. Me dio bastante miedo porque aquel señor se dio cuenta de que lo había visto y se quedó mirándome con la mano en alto y diciendo algo con la boca. Entonces me metí rápido en casa y llamé a mi marido. Se me heló el espinazo”.

Manuel Lugrís Freire
El fantasma del hotel de Sada es Manuel Lugrís Freire, insigne dramaturgo nacido en Soñeiro además de periodista, poeta, filósofo y fundador de A gaita galega, el primer periódico americano redactado íntegramente en galego.
Los primeros avistamientos del fantasma se produjeron en 2006, cuando el Día das Letras Galegas se dedicó al intelectual sadense, destacado impulsor de la Real Academia Galega, de las Irmandades da Fala y de la Asociación de la Prensa de Coruña.
Tras la publicación de la existencia de un fantasma en el hotel abandonado de Sada (A Coruña) los residentes en las proximidades del polémico Sada Marina se llevaban quejando de la presencia de una figura que recitaba poesías en galego y cantaba siempre desde la cuarta planta del hotel.
Los testigos coincidían en describirlo como un hombre voluminoso y de gafas, cubierto con una especie de pátina luminiscente. Esta entidad aterrorizaba a los incautos espectadores, que de alguna manera percibían siempre que esa visión no era de este mundo. Ahora sabemos que, inequívocamente, se trata de Manuel Lugrís Freire.
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