La mesa rotatoria de lectura

En 1588 el ingeniero Agostino Ramelli se dio cuenta de que empleando la lógica de otros tipos de artefactos similares ‒la rueda de los molinos, por ejemplo‒ permitían rotar más de una docena de libros ante un lector fijo, como si se tratara de un reloj.
El diseño utilizaba un sistema que en ese momento solo se usaba en relojes astronómicos y que permitía que los cajones permanecieran en el mismo ángulo sin importar la posición de la rueda.
De esta forma, el lector, sentado ante la máquina, podía girar la rueda con las manos o con el pie, hacia delante o hacia atrás, o hasta completar un giro entero permitíendo así que los lectores del siglo XVI leyeran libros muy voluminosos con mayor facilidad.
En 1588 Ramelli describió el aparato de esta manera: «Esta es una máquina bella e ingeniosa, muy útil y conveniente para cualquier persona que se deleita en el estudio, sobre todo los indispuestos y atormentados por la gota. Porque con esta máquina un hombre puede ver y abrir sin problemas una gran cantidad de libros sin moverse de un lugar. Además, tiene otra buena ventaja, y es que ocupa muy poco espacio en el lugar donde se encuentra, como cualquier persona inteligente puede ver claramente en el dibujo.»
Inventores de toda Europa crearon sus propias versiones de la Rueda de Libro durante los siglos XVII y XVIII y de todas esas muestras se conservan catorce ejemplos en la actualidad.

Agostino Ramelli
Incluso existen versiones modernas, como la que llevó a cabo el arquitecto Daniel Libeskind basándose en el diseño de Ramelli y que fue expuesta en la Bienal de Venecia de 1986 ‒por desgracia se quemó en una exhibición en el Palais Wilson, en Ginebra, víctima de un atentado‒.
Fuente: https://lapiedradesisifo.com/2019/09/26/la-rueda-de-libros-un-invento-del-renacimiento-para-hacer-mas-comoda-la-lectura/