Leyendas sobre la serpiente mitológica Cuélebre

Cuélebre es el nombre que le pertenece a una criatura mágica que proviene de la cultura asturiana a la que se le describe como una gran serpiente que posee alas.
Se define como una especie de dragón, pero muchas historias y leyendas afirman que esta criatura es en realidad una culebra gigante que puede tener cuernos, donde la única forma de hacerle algún daño es así hiriéndola por la garganta o dándole de comer algo que le cause daño.
Son muchas las versiones las cuales hablan que esta criatura le crecen alas de murciélago como también que es capaz de escupir por su boca azufre y fuego.
En las tierras de Asturias se encuentran muchas leyendas donde hablan sobre el cura de Abamia, el cual decidió matar a la Cuélebre, por lo que se montó en su gran caballo y llevando una gran escopeta, éste decide aventurarse a las cuevas donde vivía esta criatura, donde consiguió alcanzarlo con un tiro.
Sin embargo, esto no le causó ningún daño grave, al contrario, ocasionó que la Cuélebre se molestara y saliera persiguiendo a este cura; en vista de la furia de esta criatura decidió huir.
Durante su huída atravesó un gran río, haciendo que la Cuélebre se dirigiera al agua, y al momento en el que la herida entró en contacto con el agua, la criatura murió.
A pesar de esto, el cura aún se encontraba preso del pánico, por lo que continúo con su exhaustiva huida en la que reventó al caballo que lo llevaba.
Cuando este pudo calmarse y percatarse de que no era perseguido por la Cuélebre recordó que la única forma de espantar a esta criatura es usando el sonido de las campanas, o sea, corrió a un refugio de un campanario abandonado donde según muchas versiones fallece debido al miedo experimentado debido a esta criatura.
Según otras leyendas, La Cuélebre muere a manos de los campesinos que logran asustarla, o de aquellos que la atacan con instrumentos que tienen a mano (cuchillos, guadañas, horcas) y también hay personas que deciden encadenarlas a San Pedro.
Otra leyenda habla como la Cuélebre habitaba una de sus grandes cuevas que se encontraban detrás del convento de San Francisco en Oviedo; ésta le exigía todos los días pan a los frailes y estos se lo daban así con la finalidad de que no los devorara o que se comiera a uno de los cadáveres que se encontraban en el cementerio.
Como también hay otro relato que habla como en la iglesia de Sta. María de Celón un día resulta que uno de los frailes le decidió dar un pan al Cuélebre lleno de múltiples alfileres lo que causó así la muerte de la serpiente.
Este hecho se ve también en Brañaseca, donde muchos de los vecinos de la zona tenían que alimentarse de borona y pan de centeno, esto hizo que se cansaran de tal situación y decidieran arremeter contra esta criatura dándole de comer una piedra lo cual consiguió la muerte de ésta.
Una de las historias más conocidas son las que se desarrollaron en San Vicente de la Barquera, donde en una cueva que se encontraba en un acantilado ubicado en un camino antiguo en Santillán de Boria, lugar que era conocido por ser el camino de la Cuélebre, o sea, en esta curva se encontraba una gran y temible bestia que amenazaba en asolar todos los campos si no se le entregaba una doncella virgen una vez cada año.
Los aldeanos llenos de miedo cada año entregaban a sus hijas con mucho pesar para que fuesen así pues completamente devoradas por esta criatura.
En un año, al acercarse el plazo donde se le debía entregar una doncella a este monstruo así la hermosa joven que poseía un gran fervor cristiano rezó con mucha fe y cuando iba a ser devorada apareció así un apóstol que llevaba el nombre de Santiago, el cual se veía montado en un caballo blanco.
Cuando el gigantesco reptil vio a esta deidad cristiana, todas sus escamas se empezaron a desprender de su cuerpo, o sea, el apóstol Santiago logró herir a esta criatura en el pecho y acabar con su vida.
Existen otras versiones las cuales hablan de cómo el apóstol Santiago hirió a la Cuélebre y ésta no murió sino que logró huir a su cueva.
Según las leyendas, la herradura del caballo de Santiago quedó marcada en una roca que se encontraba cerca de la cueva de la Cuélebre y actualmente en las tierras de Asturias existe una roca que posee pues la marca de una herradura de caballo, donde se dice que ocurrieron todos los hechos.
Hay otras leyendas que hablan de que los Nuberos (criaturas capaces de controlar las tempestades), pues entraban a las diferentes cuevas de las Cuélebre para poder extraer su sangre y usarla para la creación de sus encantamientos, como también existen otros cuentos que hablan de que estos le ofrecían la sangre de la Cuélebre a las brujas para realizar diferentes pócimas que usaba el Nubero para arremeter contra los seres humanos.
Otras historias hablan como otras criaturas famosas por ser llamados Gurmantes tenían un juego que era cazar a la Cuélebre, estos también avisaban a todas las personas del pueblo que recogieran el ganado, ya que ellos iban a crear una gran tormenta de granizo, con la cual serían capaces de atrapar a la Cuélebre atándola con los cordones de sus zapatos.
Otra leyenda que resaltó durante mucho tiempo en la cultura asturiana fue cuando el Cuélebre resulta el hecho de que se encargó de atraer desde las tierras de las ninfas un gran tesoro que era capaz de brillar incluso más que el oro y ser más resistente que el diamante.
Cuando esto sucedió, una de las grandes Ninfas se dirigió hacia todos los grandes aventureros y resulta que les prometió concederles un deseo a aquel que fuera capaz de derrotar al Cuélebre.
Cuando este mensaje llegó a todos los grandes guerreros muchos partieron hacia la cueva del Cuélebre y muchos de ellos no pudieron regresar vivos pues los pocos que lograron salvarse de los ataques de esta criatura llegaron con un gran guerrero que era conocido por ser el más valiente de todos ellos y el más fuerte.
Éste tomó la misión de la ninfa y de esta manera se dirigió a la cueva del Cuélebre, cuando se encontraba adentrando en esta cueva por primera vez, el gran guerrero sintió un profundo miedo que era capaz de recordarle lo poco valiente que lograse ser cuando frente a sus ojos se podía encontra pues con la misma muerte junto con su escalofriante aire frío capaz de congelar el fuego más apasionado.
De esta forma, comenzó una larga batalla que era llevada por el gran guerrero y la tenebrosa Cuélebre, quien era capaz de botar olores lo suficientemente fuerte como para matar al gran guerrero.
Éste lleno de ira y poder envaina su espada y empieza a dirigirla en contra de esta gran criatura que no podía ser cortada por su afilada espada debido a que la Cuelebre atacaba con sus grandes alas, las cuales estaban cubiertas por las densas y duras escamas que lo hacían lo suficientemente fuerte y resistente.
La Cuélebre con un gran poder ya que se encontraba ganando esa contienda y mas que saboreaba el gran festín que se daría al comerse al gran guerrero se sorprendió cuando este abatido en el piso fue capaz de clavarle la espada dentro del cuello y así causándole la muerte.
Cuando esto tuvo lugar, la sangre que desprendía esta criatura se volvía un fuerte gas venenoso que era capaz de derretir todo lo que encontraba a su paso.
Esto hizo que el guerrero saliera de la cueva a duras penas y esta se convirtió en escombros cubriendo así todas las posibles salidas de la cueva hundiendo en ella el tesoro que las ninfas hasta entonces habían así custodiado durante muchos milenios.
Tras ello, el guerrero se dirigió a las Ninfas y les contó lo que había sucedido, a lo que ellas lo maldijeron por no haber cumplido con la tarea que ellas le encomendaron.
Fuente: https://hablemosdemitologias.com/c-mitologia-asturiana/cuelebre/