La dama de verde del castillo de Fyvie
Escocia es un lugar donde las leyendas y la magia pueblan sus castillos. Uno de los mas bellos es el castillo de Fyvie. Situado en el pueblo del mismo nombre, cerca de Turrif, Aberdeenshire.
La principal característica de este majestuoso castillo son las 5 torres de las que consta. En su interior, en los alrededores de las escaleras hay una gran exhibición de armas, armaduras y retratos. Pero lo mas famoso de este castillo son las historias de fantasmas que arrastra consigo.
Los Gordon llegaron a ver al fantasma tantas veces que llegaron a adoptar la la dama verde como propia, en la creencia de que su existencia era algo personal para ellos. Los Gordons la consideraban un presagio de muerte, ya que varios miembros de la familia murieron después de haberla visto, la más reciente en 1925.
Justo antes de morir, Cosmo Gordon vio una figura que le hacía señas desde las sombras de una habitación, y pensó que la aparición era un presagio de su muerte inminente. Unos días más tarde, su hermano más joven vio a la dama verde caminando hacia él en la sombría luz de diciembre que brillaba a través de los cristales del pasillo. Cuando ella llegó hasta él la Dama le hizo una reverencia. A la mañana siguiente su hermano el coronel Cosmo murió.
Un oficial del ejército canadiense dejó un relato de su encuentro con lo paranormal en Fyvie. Ingeniero de minas de profesión, antes era un escéptico total: “Si alguien me hubiera dicho antes de venir aquí que existían tales cosas como fantasmas o lo paranormal, le habría mirado como a un tonto redomado”, dijo.
Una de las estancias del castillo de Fyvie
En la primera noche de su estancia el oficial se había retirado a descansar, y se quedó dormido. Algún tiempo después se despertó y encontró la luz encendida, o al menos eso pensaba, y se levantó para apagarla. Se levantó y extendió la mano presionando el interruptor de la luz para apagarla, pero en cambio se da cuenta que lo que hace es encenderla, vuelve a presionar el interruptor y la apaga pero se da cuenta de que sigue habiendo luz en la habitación al parecer procedente de otras fuentes, mientras observaba la luz era cada vez más brillante. Él lo describió como pequeñas llamas que jugaban alrededor de los cuadros que colgaban en la sala, lo suficientemente brillante para ver los colores con claridad.
El mismo fenómeno se produjo cada noche hasta que se fue y aunque él no vio ninguna aparición, se sentía como si hubiera alguien en la habitación con él.