La leyenda del Cejo de los Enamorados

Bajo los muros del Castillo, en la parte del este, se halla una pequeña balsa cuadrada, construida con grandes sillares pues la tradición la supone encantada por una bella princesa mora, o sea, dicen que al nacer la madrugada de San Juan, la joven aparece sentada al borde de la balsa y refiere su historia al mortal que se aproxima.
La joven es Halewa que era la hija del rey Abu Muhamad, que muestra la hermosura de las hadas, la misma que cautivó así con sus ojos negros al noble caballero Meruan que en silencio vivían su amor, a la espera de que éste pudiera aflorar sin grandes despropósitos.
Quiso el destino que un día se separaran y antes de su marcha, Halewa le dijo: «Confío a tu custodia este listón verde de mi tocado, que te dirá siempre que Halewa te pertenece hasta el punto de no poder vivir sino para tu amor» y se marchó al Castillo de Xiquena que debido a su cercanía permitían entonces visitas frecuentes.
«No te olvides, por mi honor, que va ya a nacer la aurora, y que antes que se disipen las sombras, debes salir de este aposento. Contigo vaya el juramento de mi eterno amor», le decía la enamorada mientras él se deslizaba por una escala de seda y antes de su marcha el noble guerrero le dio un beso sobre la mano de la joven, como un juramento de eterno amor.
Una noche los amantes fueron sorprendidos por la guardia del castillo, que salió pues en persecución del caballero musulmán y huyó raudo en su corcel, aprovechando las sombras de la noche, hasta que al final fue alcanzado a la altura del Cejo y se despeñó.
Al llegar la joven princesa se lanzó al vacío sobre el cuerpo de su enamorado y en el lugar donde cayeron los cuerpos de los amantes hoy brota la fuente del Cejo, señalando la perpetuidad de aquella pasión y se dice que quien bebe de sus aguas es encantado por el hechizo del amor.
Fuente: http://quenoteparenlospies.blogspot.com/2014/04/el-cejo-de-los-enamorados-lorca-un.html