La historia de la millonaria Huguette Clark

Huguette Marcelle Clark nació el 9 de junio de 1906 en París (Francia) y fue la hija más joven del magnate William Andrews Clark, con su segunda esposa, Anna Eugenia La Chapelle (1878-1963).
Su padre tenía 67 años y su madre tenía 28 años cuando Huguette nació y su padre William Clark fue senador por Montana y tenía negocios de minería y ferrocarriles y fue conocido como uno de los Reyes del Cobre de Montana.
Tras la muerte de su padre en 1925, Clark y su madre se mudaron de su mansión del número 962 de la Quinta Avenida en el “Upper East Side” de Manhattan, al duodécimo piso de un apartamento cercano situado en número el 907 de la Quinta Avenida y más tarde Clark compró la octava planta completa del edificio.

Huguette, su padre William Clark y su hermana Andrée.
En 1928 accedió a donar 50.000 dólares para excavar la marisma de agua salobre y crear un lago artificial de agua dulce frente a Bellosguardo, su residencia en la costa del Océano Pacífico de Santa Bárbara (California) que llevaría el nombre de su hermana fallecida, siendo conocido como el Andrée Clark Bird Refuge.
Se casó el 18 de agosto de 1928 en Santa Bárbara (California) con el estudiante de derecho William MacDonald Gower, un graduado de la Universidad de Princeton que era hijo de William Bleakly Gower, un socio de negocio de W. A. Clark. pero se divorciaron en Reno (Nevada), el 12 de agosto de 1930.
Desde el año 1930, Madame Clark no volvió a tomarse fotografía alguna, ni a salir a la calle ni a tener contacto alguno con sus familiares, a quienes despreciaba porque según ella querían aprovecharse de su fortuna.
Solo se relacionaba con sus criados, sus médicos y sus abogados, a quienes siempre advirtió que su dinero no sería aprovechado por sus familiares y es cuando su vida empieza a pasar desapercibida.

El interior de la mansión Clark, fotografiada en 1925
Los medios de comunicación se olvidaron de su existencia, pasaron los años y dejaron de buscarla, de intentar saber más sobre su fortuna, sobre su amor y sobre cómo pasaba sus días.
Poco se sabe de sus años de consentido encierro pues le gustaban mucho las muñecas y pasaba horas y horas «auto-recluida» viendo dibujos animados en la televisión.
Si alguna vez salió a las calles, nadie lo supo, nadie la conocía porque no se tuvieron fotos de ella desde su divorcio, el reconocerla sería totalmente imposible y la información sobre su entorno se convirtió en meros cotilleos periodísticos que salían de vez en cuando al público.Se sabe, además, que le encantaban las obras de arte pues en su mansión hay decenas de obras de incontable valor que ahora son parte de su fortuna sin heredero.

El interior del apartamento en el 907 de la Quinta Avenida
Aunque parece que la soledad era lo único que la hacía feliz, hace 20 años decidió mudarse de su lujoso departamento al centro hospitalario Beth Israel Medical Center de Nueva York, donde se cambió de nombre y negó el acceso a toda persona que no fueran sus médicos y enfermeras.
Tenía su cuarto lleno de muñecas antiguas y prácticamente hizo de su habitación su nuevo centro de reclusión y se cree que las pocas personas que la cuidaban tenían un pacto firmado para no dar a conocer ningún detalle de su vida.
No se sabe si la millonaria invirtió o no su dinero, si lo utilizó para alguna causa social o solamente para comprar obras de arte pero el tiempo descubrirá lo que realmente motivó a una mujer joven y bella a recluirse lejos del contacto humano.
La única persona que se ha manifestado hasta el momento sobre la muerte de Madame Clark es Michael Mackeon, su abogado, quien a través de un comunicado a los medios, expresó su tristeza ante la pérdida de una mujer que siempre quiso vivir con dignidad y privacidad.

Las dos mansiones que Huguette descartó para auto-recluirse
Clark murió en el Centro Médico Beth Israel, en la Ciudad de Nueva York, dos semanas antes de cumplir 105 años pero un mes antes de morir se había trasladado a la unidad de cuidados intensivos (UCI) del hospital, y más tarde a una habitación con cuidados paliativos.
Había estado viviendo en el Centro Médico Beth Israel bajo seudónimos, el último fue Harriet Chase donde la sala estaba custodiada y atendida por enfermeras privadas a tiempo parcial.
La puerta de su habitación, en el tercer piso, tenía un letrero con un número de habitación falso «1B» y el nombre «Chase» grabado sobre el número real de la habitación.
Una investigación criminal sobre la gestión de su dinero estaba en curso cuando Clark murió.
Fue sepultada en la mañana del 26 de mayo de 2011, en el mausoleo de su familia en la sección 85 del Cementerio de Woodlawn ubicado en el barrio del Bronx de Nueva York, antes de que las puertas del cementerio fuesen abiertas al público.
La abogada de Clark dijo que tenía instrucciones específicas de Clark, pidiendo que no se llevara a cabo ningún servicio funerario, ni misa y en 2008, los representantes de Clark obtuvieron el permiso de los demás miembros de la familia Clark para adaptar el mausoleo, originalmente encargado por su padre.
Fueron cerca de 80 años de reclusión, en una cárcel de cristal que ella misma construyó y alimentó para sentirse segura, para sentir el amor de sus inertes muñecas que finalmente no podían más que mostrarle sonrisas.
El tiempo descubrirá su verdadera historia, mientras tanto la Fiscalía de Manhattan se ocupa de otras cosas, la procedencia de la millonaria fortuna y sobre todo, a dónde irá a parar, algo que le preocupa mucho a los familiares de la enigmática Madame Clark.
Fuente: http://www.generaccion.com/magazine/1760/historia-madame-clark