La bailarina que espió, Mata Hari (1876-1917)

Margaretha Geertruida Zelle nació el 7 de agosto de 1876 en Leeuwarden, (Países Bajos) en el seno de una familia de clase media donde sus padres fueron el sombrerero Adam Zelle (1840-1910) y Antje van der Meulen (1842-1891).
Cuando tenía 18 años respondió a un anuncio de prensa de un oficial holandés alcohólico y asiduo a los burdeles llamado Rudolf John McLeod y se casaron cuando ella tenía 19 años y el 20 más.
Tras el nacimiento de su hija se trasladaron a vivir a las Indias Orientales donde Margaretha se entusiasmó aun más con sus orígenes maternos.
La pareja vivió unos años felices en los que nació su segundo hijo y que poco después se cree que fue envenenado a manos de una niñera desequilibrada enfrentada con su marido.
De vuelta a Europa, la vida disipada en oriente fue la excusa perfecta para arrebatarle la custodia de su hija a Margaretha que al estar sola, en París, estaba preparada para convertirse en Mata Hari.
Había estallado la Primera Guerra Mundial cuando Mata Hari se encontraba en Berlín donde en aquel tiempo era amante del jefe de policía de la capital alemana.
Poco tiempo después inició una nueva relación, esta vez con el cónsul alemán Kraemer en Amsterdam y jefe del espionaje de su país quien la introdujo en el mundo del espionaje internacional bajo el nombre de Agente H-21.

Juicio a Mata Hari
A cambio de grandes sumas de dinero, Mata Hari aceptó recabar información militar de Francia. Pero estando en París, contactó con el jefe del Servicio de Espionaje y Contraespionaje Francés, el capitán Ladoux convirtiéndose en ese momento en una agente doble.
Mata Hari nunca tuvo miedo de las consecuencias de trabajar para ambos bandos pues su orgullo y quizás un punto de inconsciencia la llevó a pensar que sus amigos y amantes de las altas esferas nunca dejarían que le pasara nada. Pero no fue así.
Cuando Francia empezó a sospechar de su doble actividad Mata Hari cayó en la trampa, o sea, la división francesa de contraespionaje consiguió descubrir que Mata Hari y el Agente H-21 eran la misma persona
Tras su detención en una de sus estancias en París su inicio un juicio más que dudoso de un tribunal militar que tuvo lugar los días 24 y 25 de julio de 1917 siendo condenada a muerte.

Mata Hari ante el pelotón de fusilamiento
Frente al pelotón de fusilamiento, con gran dignidad, se niega a ser atada al poste y rechaza el ofrecimiento de vendar sus ojos. Mira al frente y lanza un beso al sacerdote que la atendió en sus últimas horas y otro a su abogado, uno de sus ex amantes.
De las 12 balas que alcanzaron su cuerpo, solo una de ellas fue la que impactó en su corazón y pese a que falleció en el acto el oficial al cargo se acerca y dispara una bala en su cabeza, el tiro de gracia. Era el 15 de octubre de 1917.
Su muerte, sin embargo, dio paso al mito de una de las mujeres más enigmáticas de principios del siglo XX, o sea, un enigma que ella misma se encargó de extender.
Fuente: https://www.mujeresenlahistoria.com/2011/06/la-bailarina-que-espio-mata-hari-1876.html