Philosophiæ naturalis principia mathematica

Philosophiæ naturalis principia mathematica también conocida simplemente como Principia, es una obra publicada por Isaac Newton el 5 de julio de 1687 a instancias de su amigo Edmund Halley, donde recoge sus descubrimientos en mecánica y cálculo matemático.
Este trabajo marcó un punto de inflexión en la historia de la ciencia y es considerada, por muchos, como la obra científica más importante de la historia jamás publicada.
Su publicación se había demorado enormemente dado el temor de Newton a que otros intentaran pues apropiarse de sus descubrimientos pues Edmund Halley presionó a Newton para la que publicara y éste se lo agradece en las primeras páginas del libro.
Los tres libros de esta obra contienen los fundamentos de la física y la astronomía escritos en el lenguaje de la geometría pura.
El Libro I contiene el método de las «primeras y últimas razones» y, bajo la forma de notas o escolios, se encuentra como anexo del Libro III la teoría de las fluxiones.
Aunque esta obra monumental le aportó un gran renombre, resulta un trabajo difícil de leer hoy en día dado el lenguaje y tono utilizados, o sea, que por ejemplo en el cálculo diferencial, resulta que la notación de Leibniz es la que se usa en la actualidad, más intuitiva y que facilita los cálculos, y no la de Newton.
Presenta los fundamentos de la física y de la astronomía formulados en el lenguaje de la geometría pura y se trata de una obra deductiva donde, a partir de una proposiciones muy generales, se pueden demostrar propiedades mecánicas a modo de teoremas.
Sienta las bases de la hidrostática, la hidrodinámica y la acústica y sistematiza un método de estudio de la Naturaleza mediante métodos matemáticos y fue escrita en latín, o sea, iba dirigida claramente a expertos en matemáticas y mecánica, astrónomos, filósofos y universitarios.
Los Principia, como se conoce la obra, se componen de tres libros, precedidos por un capítulo preliminar de definiciones y otro dedicado a los axiomas o leyes del movimiento.
Las «Definiciones», ocho en total, establecen el vocabulario que va a regir a lo largo del texto, y además introducen la noción del espacio y el tiempo absolutos y el capítulo dedicado a los «Axiomas o Leyes del movimiento» es, con mucho, la parte más conocida de la obra.
La primera ley establece pues que todos los cuerpos perseveran en su estado de reposo o de movimiento uniforme en línea recta, salvo que se vean forzados a cambiar ese estado por las fuerzas impresas y con ello el estado de la inercia se convierte así en la primera ley o axioma.
La segunda ley establece que el cambio de movimiento es proporcional a la fuerza motriz impresa, y así se hace en la dirección de la línea recta en la que se imprime esa fuerza.
La tercera manifiesta que para toda acción hay siempre una reacción opuesta e igual, o sea, es así en esta tercera ley en la que se basa la dinámica gravitacional como sistema de atracciones recíprocas.
Ya en el parte central de de la obra podemos ver la presencia de tres libros:
- El primer libro trata del movimiento de los cuerpos en el vacío, o sea, el movimiento de los cuerpos sin resistencia.
- En el segundo, estudia el movimiento de los cuerpos en medios resistentes o fluidos.
- El tercero, titulado «Sobre el sistema del mundo», se presenta como una aplicación de lo desarrollado en los libros anteriores en el campo de la astronomía: las órbitas de los planetas, los movimientos de la luna y su relación con la teoría gravitatoria, y el estudio de los cometas. Newton resuelve entonces el problema de los movimientos planetarios y los asimila así a los terrestres por medio de una misma dinámica y una ley universal de gravitación.
Finalizan el tratado con el texto del «Escolio general», añadido desde la segunda edición, un breve ensayo de teología positivista que trata de la explicación racional de la existencia de un ser superior.
Los Principia conocieron tres ediciones en vida de Newton: la primera en 1687, con una tirada entorno a 300 o 400 ejemplares, a la que siguieron la de 1713 -revisada, modificada y aumentada por el autor- y la de 1726, revisada por Henry Pemberton.
La versión inglesa de Andrew Motte salió a la luz hasta 1729, muerto ya Newton, y la francesa apareció en 1756, traducida por la marquesa Emilie-Gabrielle de Châtelet y revisada por el matemático Clairaut, pues tenía un prólogo de Voltaire y la versión completa en castellano no se publicó hasta finales del siglo XX.
Fuente: https://biblioteca.ucm.es/historica/principia-mathematica