Leyenda de los indios americanos: la mujer del búfalo blanco

Cuentan una profecía de los indios Lakotas que en algún momento volverá a nosotros la mujer del búfalo blanco, o sea, una wakan sabia portadora de magia que restaurará con todo su poder la unión entre todos los hijos de la Madre Tierra. Su llegada contribuirá además a devolver nuestro equilibrio con la naturaleza, a restaurar ese legado ahora tan maltratado.
La leyenda de la mujer del búfalo blanco cuenta con más de 2.000 años de antigüedad y es un relato originario de la nación Lakota, uno de los pueblos más relevantes de las llamadas Turtle Islands, en América del Norte.
Cuenta la profecía que la mujer del búfalo blanco apareció durante un gran periodo de gran hambruna, guerras y desavenencias entre varios de todos los pueblos.
La historia comienza con dos jóvenes lakotas que paseaban con sus caballos buscando algo que cazar, cuando de pronto, vieron en el horizonte a una figura femenina envuelta en una luz cálida de fascinantes destellos.
La mujer iba acompañada de un búfalo blanco y era alta, esbelta y traía un vestido con bordados sagrados, una pluma en el cabello y hojas de salvia en la mano.
Era muy hermosa, tanto, que uno de los jóvenes guerreros se acercó a ella y con la intención de poseerla. No obstante, y antes de que pudiera siquiera el tocarle la piel, una nube oscura se cernió sobre él dirigiéndole un rayo de fuego y quedó carbonizado a los pocos segundos.
El otro joven guerrero se arrodilló de inmediato lleno de terror pensando el que también iba a correr la misma suerte y la bella mujer acarició su gran cabello y hablando su mismo idioma le dijo que era una wakan, una mujer santa que había venido a ayudarles.
La mujer santa fue recibida con expectación en el pueblo lakota y entonces prepararon el mejor tipi y al acomodarla en el interior, la mañana se tornó en crepúsculo y una luz ambarina con destellos rosados envolvió aquellas tierras donde se extendía la hambruna y la miseria. A pesar de ello, la gente intentó ofrecerle lo mejor que tenían: algunas raíces, algunos insectos, hierbas secas y agua fresca.
Tras esto, la mujer del búfalo blanco enseñó al pueblo Lakota a fumar en pipa, le ofreció tabaco de corteza de sauce rojo y les animó a dar vueltas alrededor de las tiendas para honrar al sol, para crear un círculo de fuerza con la vida y dar las gracias.
Más tarde, les inició en una serie de prácticas espirituales, modos en los que reverenciar a la naturaleza, orando con las palabras correctas y llevando a cabo ritos ancestrales que el pueblo lakota había largamente olvidado.
Asimismo, les invitó a entonar con ella cánticos para hacer feliz a la Tierra, melodías, versos y entonaciones que debían dirigir a las cuatro direcciones del universo.
Les recordó también la importancia de practicar la ceremonia de la pipa de la paz, ahí donde hombres y mujeres debían reunirse para honrar todas sus almas, para honrar al propio grupo y su unión con el más allá.
La mujer búfalo blanco se despidió diciéndoles que mientras hicieran todas esas ceremonias sagradas y cuidaran de la Tierra, ella les protegería y antes de partir, trajo desde el horizonte una extensa manada de búfalos negros.
Eran tantos que las montañas se cubrieron de oscuridad y el suelo temblaba bajo sus pies, el mundo bombeaba con fuerza nuevamente con la llegada de esos animales que suponían la supervivencia para los nativos americanos.
La mujer santa los dejó diciendo: Toksha ake wacinyanktin ktelo (os veré de nuevo). Un mensaje de contenida esperanza que a día de hoy aún se repiten muchos lakotas, soñando con un regreso donde esa presencia femenina de nuevo logre una vez más purificar el mundo, traer armonía, todo equilibrio y espiritualidad a todas las naciones.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/la-mujer-del-bufalo-blanco-una-leyenda/