La inmunoterapia podría controlar la infección por el virus del sida
Los primeros resultados de la nueva generación de anticuerpos contra el VIH en humanos parecen ser esperanzadores. Lo explica en «Nature» un equipo de la Universidad Rockefeller (EE.UU.) que ha demostrado que este tipo de inmunoterapia, similar a la que se emplea en el cáncer, puedereducir la cantidad de virus del sida presente en la sangre de un paciente.
El enfoque de los anticuerpos no es nuevo, reconoce José Alcami, investigador del Instituto Carlos III. «La utilización de anticuerpos como inmunoterapia pasiva es una línea en inmunología que se emplea cuando no existe una vacuna eficaz frente a una enfermedad o existen situaciones especiales». Por ejemplo, explica, ese es el caso del suero antirrábico, los antiguos sueros hiperinmunes frente a hepatitis B o el más reciente caso de utilización de anticuerpos y suero de pacientes curados para al Ébola.
Cuando una persona se infecta con el VIH, se produce una ‘carrera armamentística’ entre el virus y el sistema inmunológico de la persona infectada. Pero, a pesar de que nuestro organismo es capaz de generar nuevos anticuerpos que atacan el virus, el VIH muta constantemente para escapar. Además, el problema es que los anticuerpos para el VIH probados previamente en humanos habían mostrado resultados decepcionantes. Solo, apunta Alcami, en 2013 se publicó un estudio en «Nature» en el que se mostraba que una inyección de un anticuerpo monoclonal potente frente al VIH «no solo provocaba una caída de la cantidad de virus en sangre, sino que disminuía el reservorio de virus». Sin embargo, este resultado «sorprendente y controvertido» no ha sido confirmado por el mismo equipo en un ensayo que se presentó en el Congreso de Retrovirus de 2015.
Virus desprevenido
De ahí que este trabajo, realizado en el Laboratorio de Inmunología Molecular de Michel Nussenzweig, llame la atención. Sus conclusiones muestran que la administración de un anticuerpo potente, llamado 3BNC117, puede reducir la carga viral al ‘pillar’ al VIH ‘desprevenido’. Y el responsable, explica Marina Caskey, es el 3BNC117, que pertenece a unanueva generación de anticuerpos ampliamente neutralizantes que tienen actividad contra más del 80% de las cepas de VIH. A diferencia de los anticuerpos normales, los ‘ampliamente neutralizantes’ se producen de forma natural solo en un 10 o 30% de las personas con VIH, pero sólo después de varios años de infección. Desgraciadamente en ese momento el virus ha evolucionando tanto que es capaz de escapar incluso a estos poderosos anticuerpos.
Los resultados más importantes, explica Juan Carlos López, del Hospital Gregorio Marañón, es que con las «dosis mayores y utilizando el anticuerpo como único agente antiviral, es decir no se usan fármacos, se produce una caída de la cantidad de virus en sangre entre 0,8 y 2,5 logaritmos». Para que se entienda, aclara: cuando se prueban los fármacos para el VIH en los estudios iniciales de la misma forma (en monetaria) se producen caídas de la carga viral entre 1-2 logaritmos en la mayoría de los casos. «Así que la caída con este anticuerpo es considerable», subraya.
Opción poco viable hoy día
Desgraciadamente, continúa el experto del Gregorio Marañón, el efecto del anticuerpo dura poco y «a partir de los 7-10 días el virus vuelve a multiplicarse y vuelve a repuntar el virus. Esto implica que de llevarse a la clínica, deberían administrarse con una frecuencia menor que la mensual, probablemente cada 15 días».
Pero, añade, el hecho negativo del trabajo, es que cuando se investiga qué pasa con los pacientes que recibieron las dosis mas bajas, e incluso en algunos de las dosis mayores, «ven que el virus es capaz de mutar en su envoltura para evitar que se una el anticuerpo y éste deja de ser efectivo. En definitiva, no es un anticuerpo totalmente de amplio espectro, porque algunos virus logran ‘escapar’ de su acción y hacerse ‘resistentes’». De similar opinión es Alcami, que asegura que el problema de esta estrategia es que es poco viable si no demuestra de manera contundente el control del virus a largo plazo. Además, añade, «la producción de elevadas dosis de anticuerpos es compleja y muy cara y su vida media es muy corta».
Cree Caskey que lo más probable será que 3BNC117, como ocurre con otros antirretrovirales, tenga que ser utilizado en combinación con otros anticuerpos o fármacos para mantener controlar la infección. Aunque tendría la ventaja, afirma Caskey, de que una terapia de anticuerpos podría requerir una administración «cada pocos meses», y no todos los días, como ocurre con antirretrovirales. En este sentido, López cree que «ésta no es una vía de tratamiento del VIH para ahora. Sin embargo, el hecho de que se pueda utilizar por vía intramuscular en administración semanal o bisemanal, lo convierten en candidato para unirse a los nuevos tratamientos de administración mensual o incluso bimensual». Y como apunta Florian Klein, «a diferencia de la terapia antirretroviral convencional, la mediada por anticuerpos también puede involucrar a las células inmunes del paciente para que ayuden a neutralizar mejor el virus».
Ansiada vacuna
Por último, los expertos habla de la posibilidad de que si es posible inducir el sistema inmune de una persona no infectada para generar anticuerpos potentes tales como 3BNC117, podría ser suficiente para bloquear la infección por VIH antes de que pueda ser establecida. O lo que es lo mismo, la ansiada vacuna.
Fuente: http://www.abc.es/