Isabel Zendal Gómez

Isabel Zendal Gómez fue una enfermera española, rectora del Orfanato de la Caridad de La Coruña que participó en la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna de Francisco Javier Balmis.
Se encargo del cuidado de los veintidós niños de la Casa de Expósitos de La Coruña que viajaron a América, con edades de entre tres y nueve años, y de los veintiséis que fueron a Filipinas, durante los diez años que duró toda la expedición para llevar la vacuna de la viruela a los territorios españoles de ultramar.
Como consecuecia de todo ello, es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la primera enfermera de la historia en una misión internacional.
Su padre, Jacobo Zendal, de la parroquia de Santa Cruz de Montaos, y su madre María Gómez, de la parroquia de Parada, ambos eran agricultores pobres.
El matrimonio tuvo a Bernarda, Isabel (1771), Juan (1774), María Antonia (1776), Joseph (1778, murió al nacer), Francisca Antonia (1779), Joseph y Cathalina (1782) y Joseph (1784).

Hospital de Caridad
En su infancia era la única niña que iba a clases particulares con el párroco de su pueblo y cuando Isabel tenía trece años falleció de viruela su madre María Gómez.
Isabel, con veinte años, comenzó a trabajar en el Hospital de la Caridad de La Coruña que fuera fundado por Teresa Herrera, primero como ayudante y después como rectora.
A finales de siglo, Isabel tiene a su hijo Benito que cría como madre soltera y se traslada luego a A Coruña para trabajar en el servicio doméstico de uno de los más destacados hombres de negocios de la época, Jerónimo Hijosa.
Isabel estaba al cargo de todos los 30 huérfanos de la Casa por un sueldo de 50 reales y tenía que remendar ropa en su tiempo libre para poder alcanzar un sueldo medianamente digno.
El 14 de octubre de 1803 se publicó el decreto en el que se incorpora a Isabel Zendal Gómez a la expedición:
«Conformandose el Rey con la propuesta de Vm. y del Director de la toda la expedicion destinada à propagar en Yndias la inoculacion de lavacuna, que permite S.M. que la Rectora de la Casa de Expositos de esa ciudad sea toda comprehendida en la misma expedicion en clase de Enfermera, con el de un sueldo y aiuda de costa señalada a los Enfer-meros, para que cuide durante la navegacion de la asistencia y asio de los Niños que haian de embarcarse y cese la repug-nancia que se experimenta en algunos Padres de fi ar sus hijosal cuidado de aquellos, sin el alivio de una Muger de providad.Con esta fha, paso el aviso correspondiente al Ministerio de hacienda para que la Rectora reciva en esa Ciudad la aiu-da de costa de tres mil rs con destino à su havilitación y para el abono en Yndias del sueldo de quinientos pp annuales, conta-dos desde el dia que se embarque y la mitad à su regreso, quedeberà ser de cuenta del Erario; y à Vm. lo participo de Rl orden para la inteligencia de la Junta de caridad, de que es Presidente, y noticia de la Ynteresada. Dios gue à Vm. ms as. Sn Loren-zo y Octubre, 14 de 1803.Josef Ano CaballeroDn Ygnacio Carrillo y Niebla.‘
El 30 de noviembre de 1803 zarpó con 37 personas desde el puerto de La Coruña la expedición que llevaría la vacuna de la viruela a América en la corbeta María Pita, dirigida por Francisco Javier Balmis y financiada por el rey Carlos IV.

Partida de la Expedición del Puerto de A Coruña.
Isabel Zendal Gómez dejó su puesto en el hospicio para hacerse cargo de los 22 niños que llevaron la vacuna, o sea, fueron 6 niños venidos de la Casa de Desamparados de Madrid, otros 11 del Hospital de la Caridad de La Coruña y 5 de Santiago.
La vacuna debía ser llevada por niños que no hubieran pasado la viruela y se transmitía de uno a otro cada 9 o 10 días y entre todos esos niños estaba su hijo Benito Vélez, de nueve años, Andrés Naya (8 años), Antonio Veredia (7 años), Cándido (7 años), Clemente (6 años), Domingo Naya (6 años), José (3 años), Francisco Antonio (9 años), Francisco Florencio (5 años), Gerónimo María (7 años), Jacinto (6 años), Juan Antonio (5 años), Juan Francisco (9 años), José Jorge Nicolás de los Dolores (3 años), José Manuel María (6 años), Manuel María (3 años), Martín (3 años), Pascual Aniceto (3 años), Tomás Melitón (3 años), Vicente Ferrer (7 años), Vicente María Sale y Bellido (3 años) y un niño más que falleció durante el viaje.

Ruta de la Expedición.
Las normas de la expedición indicaban claramente el cuidado que los niños debían recibir. Ninguno de ellos regresó a Galicia.
«…serán bien tratados, mantenidos y educados, hasta que tengan ocupación o destino con que vivir, conforme a su clase y devueltos a los pueblos de su naturaleza, los que se hubiesen sacado con esa condición«.
Cada niño recibía un hatillo que contenía: seis camisas, un sombrero, dos pares de zapatos, tres pantalones con sus respectivas chaquetas de lienzo y otro pantalón más de paño para los días más fríos.
Para el aseo personal: tres pañuelos para el cuello, otros tres para la nariz y un peine; y para comer: un vaso, un plato y un juego completo de cubiertos.
La expedición llegó a Santa Cruz de Tenerife, donde pasaron entorno a un mes vacunando y tras ello la expedición partió de Canarias el 6 de enero de 1804 y llegó a Puerto Rico el 9 de febrero de 1804.

Placa a los miembros de la Expedición. Museo Domus, A Coruña.
El 7 de febrero de 1805 la expedición partió rumbo a Filipinas con un grupo de 26 niños, entre los que se encontraba el hijo de Isabel, y el 15 de abril de 1805 llegaron a Manila.
Tras ello, el 14 de agosto de 1809 la expedición regresó a Acapulco y donde Isabel permaneció en Puebla con su hijo, o sea, ya no volvieron a España.
Se preveía que la expedición llegase sólo hasta Filipinas, pero acabó dando la vuelta al mundo, haciendo llegar la vacuna a las Islas Canarias, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, México, Filipinas, China… convirtiéndose en la primera expedición humanitaria de ámbito universal de la historia.
Se estima que más de 500.000 personas fueron vacunadas directamente por la Expedición Balmis y que millones de personas fueron salvadas de morir gracias a la creación de Juntas Sanitarias y Casas de Vacunación públicas.
Gracias a todo ello, el 7 de septiembre de 1806, Balmis besaba la mano del rey en Madrid, siendo el único retornado de la expedición original.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Isabel_Zendal_G%C3%B3mez