Marie Jeanne Roland

Nació el 17 de marzo de 1754 en Francia siendo la hija de Gratien Phlipon, un grabador de París y se educó de manera cuidadosa leyendo a Plutarco y a Jean-Jacques Rousseau.
Inició estudios para entrar en un convento que abandonó a los dos años de su ingreso ya que se dio cuenta de que eso no era lo suyo y entonces realizó una formación autodidacta.
Comenzó escribiendo artículos políticos y fue líder del Grupo Girondino, en la Revolución francesa pues sus constantes críticas a los excesos por parte de los revolucionarios, le llevaron a la guillotina y es conocida pues como la heroína de la Revolución francesa.
Sus escritos se refieren a los entresijos de la revolución, con una gran dosis autobiográfica, encontrándose en ellos gran cantidad de literatura epistolar debido a su estancia en el convento.
En 1780 se casó con Jean Marie Roland, fue electo ministro del interior en 1792 y se esposa lo ayudó de manera activa en sus funciones pues aunque Dantón y Robespierre asistían a sus reuniones, Madame Roland sentía un profundo disgusto hacia los dos políticos jacobinos.

Jean-Marie Roland de la Platière
Cuando su marido fue acusado y expulsado de su cargo, Madame Roland heroicamente se presentó ante sus acusadores a fin de defenderlo, siendo hecha prisionera y obligada a vivir durante 5 meses en medio del abandono y el desaseo.
Sin embargo, durante esos cinco meses en prisión escribió sus «Memorias y llamada a la posteridad imparcial» exponiendo en ellas sus principios y lo injusto de su condena pues la obra se hizo famosa en poco tiempo.
Escribió artículos políticos para el Courrier de Lyon pues cuando la pareja se mudó de Lyon a París en el año 1791, ella empezó a desarrollar un papel político todavía más activo.
Su salón en la calle Guénégaud se convirtió desde entonces en el punto de encuentro de personalidades como Brissot, Pétion, Robespierre y de otros líderes del movimiento popular.
Sin embargo, de entre todos ellos había un invitado especialmente estimado que era François Buzot, por quien Marie Jeanne Roland profesaba un amor platónico.

Orden e ejecución de Madame Roland
Físicamente, de Madame Rolland se ha dicho que era atractiva, aunque no hermosa; sus ideas eran claras y con amplitud de miras y contaba con una aguda capacidad de observación.
Era casi inevitable que se encontrase a sí misma en el centro de toda una serie de aspiraciones políticas y en la compañía de los hombres de progreso de mayor talento.
Por aquel entonces, la ruptura entre los girondinos y la facción más radical de la Montaña todavía no había tenido lugar y la pareja comenzó a hacerse impopular cuando el señor Roland expuso públicamente los peores excesos de la Revolución.

Ejecución e Madame Roland en la guillotina
Madame Roland llegó a acudir a la Asamblea para refutar las falsedades de un acusador, donde su tranquilidad y dignidad provocó entusiasmo y pese a ello, las acusaciones continuaron.
En la mañana del 1 de junio de 1793, fue arrestada e ingresada en la prisión de l’Abbaye pues su marido huyó entonces a Ruán y después de ser liberada durante una hora, fue arrestada de nuevo y trasladada a Sainte-Pelagie.
Finalmente, acabó recluida en La Conciergerie (París) y mientras estuvo en la prisión, fue respetada por los guardias y se le permitió poder escribir y recibir visitas ocasionales de sus amigos.
Allí escribió su Appel à l’impartiale postérité, unas memorias que muestran una extraña alternancia entre el autoelogio y el patriotismo, entre lo banal y lo sublime.
El 10 noviembre de 1793 fue condenada a la guillotina y en el momento en el que estaba frente a la estatua que representaba la libertad llevó a cabo la citación de las famosas palabras: «Libertad, cuantos crímenes se cometen en tu nombre!» y al saber de su muerte, su esposo Jean Marie se suicidó.
Fuente: https://www.ecured.cu/Marie_Jeanne_Roland