El perro que recuperó la Copa del Mundo
En 1966 Inglaterra se prepara orgullosa para albergar el Mundial y en los meses previos al torneo se realizó una exposición publica del trofeo en Londres.
La Federación de Fútbol Inglesa había cedido la copa para exhibirla en una exposición de sellos en el Hall Central de Westminster, con el «estricto acuerdo por escrito de que se exhibiría en una vitrina de cristal» y colocaron un guardia al lado, noche y día.
El domingo 20 de marzo y con la exposición cerrada al público la copa Jules Rimet desapareció pues los guardias hacían revisiones cada hora pero entre las 11 y las 12 del mediodía se produjo el robo.
Exposición donde se exhibió la Copa
Se inició entonces una campaña para recuperar el trofeo y se prometió una recompensa generosa para quien lo trajera sano y salvo pues la Federación inglesa llegó a recibir una carta en la que se le exigía el pago de 15.000 libras para recuperar el trofeo y una serie de instrucciones a seguir.
Y así fue como una semana después de su desaparición el trofeo fue encontrado de la manera menos esperada pues David Corbett, un estibador que trabajaba en el Tamesis, estaba paseando a su perro Pickles por un jardín en South Norwood cuando el animal se enfrascó con un arbusto donde encontró algo envuelto en hojas de periódico.
El dueño del perro lo relató a la prensa con detalle: “Miré hacia abajo y vi el paquete. Lo recogí, era muy pesado. Le arranqué un extremo; una base. Le arranqué el otro extremo: ¡una figura de oro! Todavía no me di cuenta de lo que era. Volví a la base del trofeo y le di la vuelta. Ponía ‘Brasil 1962’, y de repente me di cuenta de lo que era”.
El perro Pickels en el lugar donde se que recuperó la Copa del Mundo
Corbett entró corriendo para mostrársela a su esposa Jean, y luego se la llevó a la Policía donde afirmaba que todo el mérito era de Pickles y los agentes nunca encontraron a los autores del robo.
Perro y dueño fueron recompensados donde Corbett recibió 6.000 libras de la época (unos 180.000 euros actuales) y su perro Pickless se convirtió en una estrella.
Un fabricante de comida para perros le garantizó suministro para el resto de su vida pues recibió todo tipo de agasajos incluida una medalla el mérito.
Su carrera como celebridad acabó tristemente pronto pues al año siguiente de descubrir la Copa Jules Rimet su correa se enganchó con una rama mientras perseguía a un gato y se ahogó siendo enterrado con honores en el jardín de su dueño y su correa se conserva en el Museo del Fútbol de Manchester.
La Copa Jules Rimet volvió a ser robada en 1983 de la sede de la Federación Brasileña de Fútbol y de nuevo la policía brasileña, incapaz de recuperar el trofeo, acabó deteniendo a cuatro personas a las que acusó de haber fundido la Copa Jules Rimet.
Fuente: https://www.eldiario.es/mundialrusia/perro-recupero-Copa-Mundo_6_792730722.html