Poena cullei, la pena romana que consistía en ser metido en un saco con animales

Poena cullei era un tipo de pena de muerte impuesta bajo la ley romana a un sujeto que había sido declarado culpable de parricidio donde el castigo consistía en coserlo en una bolsa de cuero junto con cuatro animales: un perro, un gallo, un mono y una serpiente para luego ser arrojado al mar.
El consenso general es que la poena cullei apareció por primera vez en la historia de Roma de Tito Livio en la que pues describe cómo Marco Publicio Maleolo fue metido en un saco y arrojado al mar en el 101 a.C. por matar a su madre.
Durante el Imperio Temprano, se introducía una serpiente viva en el saco, y escritos posteriores nos cuentan así pues el que añadían un mono en «la mezcla».
El primer uso registrado de cuatro animales aparece en los escritos del jurista Herenio Modestino donde escribió en el siglo III d.C. que la tradición decretada por sus antepasados significaba que una parte del castigo incluía no solo el de una serpiente y un mono, sino también un perro y un gallo.
Bajo el gobierno del emperador Adriano de 117 a 138, solo los condenados por asesinar a sus padres o abuelos fueron sometidos a poena cullei.
También se les daba la opción de elegir si sufrir el castigo o enfrentarse a otro, o sea, el ser pues arrojados a una arena con animales vivos peligrosos y hambrientos, donde serían mutilados hasta la muerte. Por lo que, cualquiera de las dos opciones no era agradable.
Junto con el uso de animales vivos, se realizaban otros castigos rituales antes de coser al acusado en el saco de cuero y esto incluía ser golpeado mientras su cabeza estaba cubierta con una bolsa hecha de piel de lobo para luego realizar la colocación de zuecos de madera en los pies antes de meterlos en el saco.
El objetivo de lanzar el saco al río o al mar era purificar al condenado debido a que se tenía la creencia de que el agua era purificadora y además al homicida había que privarle de una sepultura digna.
Pero los animales no fueron elegidos de forma casual, todos tienen su simbolismo: se consideraba a la víbora como un animal parricida; el mono representaba una caricatura del hombre; el gallo, un animal feroz capaz de enfrentarse pues a un león; en tanto que el perro era un animal considerado inmundo por los romanos.
Poena cullei vio muchas transformaciones, o sea, los sujetos al castigo a menudo cambiaban, así algunos emperadores lo reservaban para los culpables de asesinar a sus descendientes o ascendientes, en lugar de solo a sus padres.
Finalmente cayó en desuso, aunque renació bajo el gobierno del emperador Constantino el Grande, quien lo modificó para incluir solo el uso de una serpiente y también amplió el alcance de los castigados para incluir además a los padres acusados de matar a sus hijos.
El castigo continuó en el Imperio bizantino, bajo el gobierno del emperador Justiniano el Grande que de nuevo llevó a cabo la reintroducción del gallo, el perro y el mono, y siguió siendo la pena legal para el parricidio en todo el Imperio Bizantino.
Si bien el castigo dejó de usarse durante el Imperio Bizantino, experimentó un resurgimiento en la Alemania medieval y moderna donde los últimos ajusticiamientos ocurrieron en Sajonia entre 1734 y 1749.
Los alemanes dieron su propio «toque de gracia» al ritual, o sea, que cambiaron los animales colocados en el saco con el asesino, el gallo dejó de usarse y, a veces, cambiaban al mono por un gato.
Los alemanes también cambiaron el material con el que estaba hecho el saco, o sea, mientras que los romanos usaron el cuero o la piel, los alemanes optaron por el lino.
El uso de Poena cullei terminó oficialmente en Alemania después de que fuera abolido de la ley sajona en 1761.
Fuente: https://hdnh.es/poena-cullei-el-castigo-mas-cruel-de-la-antigua-roma/