Asesinato de Cánovas del Castillo

El asesinato de Cánovas del Castillo tuvo lugar el 8 de agosto de 1897 en el balneario de santa Águeda en la ciudad de Guipúzcoa donde el presidente del gobierno español Antonio Cánovas del Castillo pasaba unos días de descanso y fue obra del anarquista italiano Michele Angiolillo.
Tras ello, fue inmediatamente detenido, así como juzgado y ejecutado. Durante el consejo de guerra Angiolillo justificó el asesinato como una venganza por las torturas del proceso de Montjuic.
Michele Angiolillo era tipógrafo de profesión y fichado por la policía italiana como anarquista en 1895 huyó al extranjero para eludir la condena de mes y medio de cárcel por artículos subversivos que había publicado.
Estuvo en Barcelona y probablemente allí se encontraba cuando se produjo el atentado de la Procesión del Corpus de junio de 1896 y luego se marchó entonces a Francia, de donde fue expulsado en octubre, pasando a Bélgica y después a Inglaterra.
En Londres conoció los relatos de los torturados en el proceso de Montjuic y allí compró la pistola con la que asesinaría a Cánovas del Castillo.
De la capital británica se dirigió a París donde se entrevistó con el delegado de los insurrectos cubanos, o sea, que luchaban contra España para lograr la independencia Ramón Emeterio Betances al que pidió dinero para poder ir a España.

Diario de la época haciéndose eco del asesinato
El objetivo no era otro que el de asesinar a la reina-regente María Cristina de Habsburgo-Lorena y también al presidente del gobierno Antonio Cánovas del Castillo y Betances le dio cierta cantidad aunque le dijo que reprobaba los asesinatos.
En París Angiolillo también se entrevistó con el director del periódico anarquista L’Intransigeant, o sea, Henri Rochefort, que también apoyaba la causa independentista cubana.
De París marchó a Madrid donde entró en contacto con el periodista republicano y anticlerical José Nakens a quien se presentó como periodista con el falso nombre de Emilio Rinaldini, y a quien pidió ayuda.
Nakens le dio algún dinero y al despedirse le contó su proyecto de atentar contra la regente, el presidente del gobierno y también contra el joven rey Alfonso XIII —entonces un niño de 11 años de edad—.
Aquel no le creyó, aunque más tarde Nakens confesó que si hubiera sabido que era cierto tampoco lo hubiera delatado porque era un crimen político.
A principios de agosto de 1897 Angiolillo se encontraba en Guipúzcoa y el día 8 al mediodía le disparó tres tiros de revólver al presidente del gobierno Antonio Cánovas del Castillo cuando leía los periódicos en un banco en el balneario de Santa Águeda.
El asesino fue detenido y juzgado inmediatamente donde justificó su crimen como una represalia por las torturas a las que habían sido sometidos los sospechosos por el atentado de la procesión del Corpus de Barcelona en el castillo de Montjuic.

Ejecución de Angiolillo
Dijo que había actuado solo, aunque existen dudas de que esto fuera verdad porque había comentado sus planes con varias personas, a pesar de que también lo negó durante el juicio.
Fue condenado a muerte y la sentencia se cumplió mediante garrote vil el 19 de agosto de 1897, sólo once días después de haber cometido el asesinato. La ejecución la llevó a cabo el burgalés Gregorio Mayoral Sendino
La prensa europea y americana se hizo eco del suceso, especulando sobre si el atentado contra el presidente del gobierno español formaba parte de una vasta conspiración anarquista internacional.
El diario The Times afirmó que el crimen había sido obra de un fanático y destacó que no había pruebas de que detrás de él hubiera una organización internacional, pero pidió que la policía estuviera alerta aunque sin llegar a tomar medidas excepcionales.
Para explicar el atentado The Times recordó las torturas del Proceso de Montjuic, por lo que su sombra, como ha señalado el historiador Juan Avilés Farré, «seguía enturbiando la imagen del Gobierno español incluso en los luctuosos días de la muerte de Cánovas».
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Asesinato_de_C%C3%A1novas_del_Castillo