Fenómenos paranormales en la pensión encantada
Se la conoce como la “pensión embrujada” y puede que algo de realidad se esconda tras esa terrible denominación pues se trata de la pensión embrujada de Ayamonte, en la provincia de Huelva, es uno de esos lugares en los que el investigador se reencuentra con el misterio. Está en la zona baja de esta bella localidad y en su interior se producen hechos que ponen los pelos de punta.
El epicentro de estos fenómenos los encontramos en la habitación número 8 donde unos jóvenes tuvieron una experiencia que no olvidarán jamás.La habitación estaba ubicada en el último piso del edificio y vieron como una señora en camisón entraba dentro de una de las habitaciones. Avanzaron por el pasillo y comprobaron como la habitación donde había entrado esa mujer era la 8, la misma que le habían dado a ellos. La chica, llamada Vanesa, quiso irse de inmediato pero Julio, su acompañante la calmó. Cuando era de noche, al cabo de unas horas acostados, la chica comenzó a sentir como había algo en la habitación pues observó que las luces estaban encendidas, los grifos del baño abiertos y la extraña sensación de no estar solos.
Ante esta situación un equipo de investigadores se desplazó al lugar para tratar de desvelar la realidad del fenómeno: “Realizamos grabaciones psicofónicas, mediciones de temperatura y humedad, controlamos los campos electromagnéticos, intentamos registrar alguna psicoimagen e incluso realizamos una sesión de Ouija una vez finalizada la investigación, pero los resultados fueron negativos, a excepción de varias inclusiones psicofónicas que registramos y las extrañas sensaciones que transmitía el lugar, sin embargo mientras dormíamos fuimos testigos de lo absurdo.
Sobre las 4 de la madrugada nos fuimos a dormir cada uno a nuestra habitación y yo decidí dejar la luz encendida ya que el lugar me transmitía una extraña sensación, además cerré la puerta del baño que estaba justo en frente de la cama y la puerta del viejo armario que había en la habitación.
Sobre las 5 de la mañana me desperté sobre saltado y en seguida me di cuenta de algo que llamó mi atención, la luz estaba apagada, por lo que en un primer momento pensé que quizás la había apagado yo mientras dormía, pero al encenderla se me pusieron los pelos de punta.
Todas las puertas que anteriormente había cerrado estaban abiertas y nadie había entrado en la habitación ya que la puerta principal se encontraba con la llave puesta en la cerradura y el cerrojo echado.
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