La leyenda de Eunate: los pórticos gemelos

La ermita de Eunate se encuentra muy cerca de donde la ruta aragonesa va a unirse con la navarra en Puente la Reina y se trata de una construcción octogonal, rodeada por un claustro exento que fue románico y del que solo queda una parte.
El pórtico de la entrada esta lleno de figuras cargadas de simbolismo como planetas y estrellas, hombres barbados que al darles la vuelta parecen machos cabríos…, y este mensaje sigue siendo un misterio.
De este pórtico se cuenta una leyenda ya que en la aldea cercana de Olcoz hay otro pórtico gemelo casi idéntico al de Eunate en su iglesia parroquial, si enfrentásemos los dos pórticos serian como reflejados en un espejo:

Pórtico de Santa María de Eunate
Dicen que el pórtico de Eunate fue encargado a un maestro cantero templario y que llevando muy adelantado su trabajo tuvo que ausentarse dejándose el pórtico sin terminar.
Las obras de la capilla continuaron y cuando llegó el momento de colocar el pórtico y viendo que el maestro no regresaba, le encargaron la terminación a otro cantero de la zona que lo terminó en poco tiempo y con una perfección digna del primer maestro.
A su regreso el maestro templario montó en cólera al ver que otro maestro había terminado su obra y acudió al comendador acusando al cantero local de usurpador.
Tras comentarle al comendador la situación, este le retó a labrar otro pórtico en tres días que era el tiempo que empleó el cantero local para terminar el primero.
El maestro templario se vio perdido, tres días no eran suficientes, pero su honor le llevó a recurrir a una bruja que vivía en la orilla del río Nekeas y ésta la dio la solución:

Pórtico de San Miguel de Olcoz
Eran vísperas de San Juan y el maestro esperó en la orilla del río a una enorme serpiente que acudía a bañarse todas las noches sanjuaneras, esperó hasta que la serpiente depositó en la orilla una piedra lunar que escondía en su boca y cuando se zambulló en el río, se la robó.
Volvió corriendo a Eunate donde en frente del pórtico de la ermita colocó otro pórtico que previamente había levantado pero con las piedras sin labrar.
Introdujo la piedra en un cáliz lleno con aguas del Nekeas y, colocando aquel objeto mágico bajo las piedras sin labrar, esperó a que la luna hubiera alcanzado su cenit.
En ese momento el buril fue labrando solo las piedras y el pórtico apareció casi igual como reflejo de un espejo del primero, solo los nervios del maestro hicieron que aparecieran ligeras diferencias.
A la mañana siguiente cuando todos vieron el prodigioso hecho no lo podían creer y el cantero local al ver el otro pórtico montó en cólera y le dio tal soberana patada que cayó en la vecina aldea de Olcoz donde se puede ver aún hoy en día.
Fuente: http://escomolavidamisma.blogspot.com/2011/10/leyenda-de-eunate.html