Operación Wikinger

La operación Wikinger era una incursión de destructores alemanes de la 1ª Flota de Destructores de la Kriegsmarine en el Mar del Norte en febrero de 1940, durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante la operación, pobre en comunicaciones entre la Kriegsmarine y la Luftwaffe, y la inexperiencia, resultó en la pérdida de dos barcos alemanes por culpa del fuego aliado y minas alemanas o británicas.
En febrero de 1940, la Kriegsmarine detectó actividades sospechosas en los barcos pesqueros británicos alrededor del banco Dogger.
Durante los vuelos de reconocimiento de la Luftwaffe, se informó sobre la presencia de submarinos, así que se decidió interceptar los barcos británicos con los seis destructores de la 1.ª Flota de Destructores: Friedrich Eckoldt (líder de la flota), Richard Beitzen, Erich Koellner, Theodor Riedel, Max Schultz y Leberecht Maass, escoltado por cazas de la Luftwaffe.
Aproximadamente al mismo tiempo, el X. Fliegerkorps planeaba ejecutar una operación anti-buque sobre el Mar del Norte, utilizando dos escuadrones de bombarderos Heinkel He 111.
A la Kriegsmarine se le había negado tener su propia fuerza aérea («Marineflieger») y dependía pues de la Luftwaffe para el apoyo aéreo, que permanecía bajo el control directo de la Luftwaffe, o sea, resulta pues que los intercambios de información y planes y las solicitudes de apoyo tuvieron que atravesar una larga cadena de mando.
La operación comenzó a las 19:00 horas del 19 de febrero de 1940 donde la flotilla partió de entonces de Wilhelmshaven al mando de su jefe, el capitán de fragata Fritz Berger, y avanzó a gran velocidad a través de un canal despejado entre campos de minas defensivos alemanes, sin la cobertura aérea de caza que se había solicitado.
Ese canal ultrasecreto (Minenfreien Weg I) medía 6 millas náuticas (11 km) de ancho a través del campo de mina alemanas. Sin embargo, dos destructores británicos habían colocado minas en la ruta libre de minas en la noche del 9 al 10 de enero de 1940 y esto pasó desapercibido porque los alemanes no tenían suficientes dragaminas para verificar que las rutas estuvieran libres de minas enemigas.
En el mar y bajo las condiciones climáticas imperantes, eran claramente visibles, pero deseaban despejar el área minada rápidamente.
El buque insignia Friedrich Eckoldt encabezaba así la formación, seguido por el resto de la fotilla en este orden: Richard Beitzen, Erich Koellner, Theodor Riedel, Max Schultz y Leberecht Maass.
A las 19.13 la tripulación del Friedrich Eckoldt escuchó ruidos de motores de aviones, o sea, se trataba de un bombardero alemán He-111 del II. Gruppe de la Kampfgeschwader 26, quien a su vez pues divisó los destructores alemanes.
La tripulación, apenas entrenada en la observación de barcos, creyó, sin embargo, ver un barco mercante de 4.000 toneladas y dado que no se le informó sobre la presencia de barcos alemanes en esta área y se le ordenó a los barcos hostiles que avistara, el bombardeo izo una pasada sobre los destructores para una identificación más certera.
A las 19:21 horas, los destructores, que tampoco fueron informados de la presencia de aviones alemanas, lo catalogaron como hostil y le dispararon donde la tripulación del He 111 se convenció entonces de que se trataba de un barco enemigo e inicialmente se dio la vuelta.
A las 19.40, el avión se acercó desde la popa y atacó al último barco, el Leberecht Maass lanzando cuatro bombas de 50 kg a las 19:44 pues una de ellas alcanzó entonces al destructor entre el puente y la primera chimenea.
El destructor se desvió de la línea de la flotilla y pidió ayuda por señales, pues los demás destructores así viraron a las 7.46 p.m. y el Heinkel hizo una segunda pasada y otras dos bombas alcanzaron el Leberecht Maass.
El buque insignia Friedrich Eckoldt ya se había acercado al Leberecht Maass en 150 m cuando resulta que éste se partió con una espectacular explosión a las 19:56 horas y debido a la poca profundidad del agua, parte de la popa y la proa permanecieron a flote.
El Erich Koellner corrió de inmediato para rescatar a los supervivientes pero de repente, o sea, a las 20:04 una fuerte explosión sacudió al Max Schultz y posteriormente, se dio pues la alarma submarina a los otros cuatro destructores y el bombardero regresó a su base, sin tener conocimiento, hasta entonces, de los otros barcos de la flotilla.
La alarma causó confusión en el resto de destructores pues los vigías siempre creyeron ver estelas de torpedos, por lo que los destructores llevaron a cabo maniobras evasivas y se lanzaron pues cargas de profundidad (el Theodor Riedel lanzó cargas de profundidad sobre un supuesto submarino y con ello las explosiones atascaron temporalmente su timón); tras agotarlas, todos los destructores se retiraron, salvo el Erich Koellner, que se quedó para continuar la operación de rescate.
A las 20:16 se inició el rescate, pero el bote salvavidas volcó cuando era izado con los rescatados, que así cayeron al mar y se ahogaron por lo que a las 20:28 horas, ek Erich Koellner se encontró con los restos del Max Schultz.
A las 20.30 se dio una alarma submarina al creer que se había detectado un sumergible y a las 20.36 pues el jefe de la flotilla dio la orden al destructor de que se retirada, cancelándose entonces el rescate de los supervivientes que aún flotaban en el agua, para así finalmente a las 21:05, el Erich Koellner fue el último destructor en marchar de regreso a Wilhelmshaven.
Como resultado, finalmente sólo se rescataron 60 supervivientes del Leberecht Maass, uno de los cuales murió en el camino de regreso, ninguno del Max Schultz, y sólo uno de la tripulación del Erich Koellner murió cuando el destructor embistió su lancha, que intentaba rescatar a los naufragos, mientras intentaba evadir presuntos torpedos, o sea, un total de 578 tripulantes perdieron la vida.
En la mañana del 23 de febrero de 1940, los barcos restantes llegaron a Wilhelmshaven, poniendo así fin a uno de los incidentes de «fuego amigo» más absurdo de la historia militar.
El mando naval en Wilhelmshaven, el Marinegruppe West, consideró que la flotilla se había topado con un campo de minas alemán y se descartó la presencia de submarinos enemigos.
A las 23:00, el mando naval recibió un informe del X Fliegerkorps de que un barco había sido atacado y destruido en el área de los hundimientos, a la hora del incidente pues los informes posteriores parecieron confirmar el ataque de «fuego amigo».
Ni a los destructores ni a los escuadrones de la Luftwaffe se les había informado de la presencia del otro, aunque se había transmitido información a los mandos pertinentes pues cuando los riesgos se hicieron evidentes, ya era demasiado tarde para avisar a las tripulaciones aéreas.
La investigación oficial alemana mostró que se había llevado a cabo una comunicación inadecuada entre la Luftwaffe y la Kriegsmarine pues ninguno de los oficiales responsables tuvo que rendir cuentas.
El Z 1 Leberecht Maass y el Z 3 Max Schultz fueron los primeros destructores que la Armada perdió en la Segunda Guerra Mundial.
El hecho de que los destructores, que habían llevado a cabo arriesgadas operaciones mineras frente a la costa inglesa sin pérdidas en el pasado, hubieran sido destruidos por sus propias fuerzas armadas causó una gran consternación que llegó hasta el cuartel general del Führer (el incidente se mantuvo en secreto al público).
Además, alrededor de las 12:25 del 23 de febrero, un bombardero He-111 que regresaba de una misión fue derribado por las baterías antiaéreas de la Armada estacionadas en Borkum.
Fuente: https://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?t=21950