Remedios Sánchez, la asesina de ancianas de Barcelona

Remedios Sánchez Sánchez nació el 22 de junio de 1957 en Cristovo de Dormeá (La Coruña) siendo la única mujer de once hermanos, era muy joven cuando emigró a Barcelona al objeto de intentar mejorar su vida.
Remedios era una ludópata compulsiva que combinaba su trabajo como cocinera en el bar Cebreiro de la calle Balmes de Barcelona con horas interminables en salones recreativos y bingos donde se jugaba todo lo que ganaba, a la que su marido, con el que tenía dos hijos gemelos, había abandonado debido a esta adición.
A primeros de junio, Remedios conoció a Josefa Cervantes en el Paseo de Maragall, iba con su amiga Dolores, les dijo que no se encontraba bien y ambas amigas la invitaron a tomar una manzanilla pues no tardo en ganarse su confianza y Pepita cometió el error de entregar su dirección a Remedios.
El 10 de junio de 2006, Remedios fue hasta el domicilio de Josefa Cervantes, de 83 años, y vivía sola en la Vía Julia de Barcelona pese a su avanzada edad pues una vez dentro, ataco a la anciana con un cuchillo ya que esta tenia cortes en las manos por haberse defendido
Acontinuación, Remedios consigue reducir a la anciana y con un tapete de ganchillo que encontró allí mismo, la ahogó y tras ello, se apodero de una hucha, un monedero, un cordón de oro, y varias joyas. Además, cuatro días después, de nuevo Remedios intentó entonces que Dolores, la amiga de Josefa, le abriese la puerta, pero esta no le abrió.
Dolores dio la primera información válida sobre la asesina, pues una cámara de un banco había grabado su imagen el día que se conocieron, también aparece la imagen de Remedios en otra cámara situada en la entrada del metro el día que agredió a Alicia Latre.
Ocho días después del asesinato de Josefa, Remedios, llamo en la puerta de Rosa Rodríguez, de 80 años, a la que así le contó como excusa que había empezado relaciones con un vecino del mismo portal y quería saber referencias de este y consiguió que se confiara tras pedirle una tirita.
Una vez dentro del domicilio intentó ahogarla con el vendaje que llevaba y le propinó una tremenda paliza que resulta que le produjo la pérdida del sentido y por la que estuvo ingresada en el hospital más de un mes, motivo por el cual Remedios la deja por muerta, robando joyas e incluso la tarjeta de trasporte.
A estas alturas la carrera homicida de Rosario estaba desbocada, el 21 de junio atacó a una mujer llamada Remedios de 87 años con la que prácticamente no entablo conversación, entro con ella en el portal del bloque de viviendas en la que esta residía y tras subir con ella en el ascensor en cuanto abrió la puerta de su casa, comenzó a tirarla del pelo, así como golpearla con furia hasta provocarle un traumatismo craneoencefálico.
Tras ello, intentó ahogarla pero al no conseguirlo usó una pomada que estaba guardada en el armario del baño para curarse la quemadura de la mano y en la que se encontró por parte de la policía sus huellas dactilares pues antes de irse robó un reloj de oro, una colección de monedas antiguas y gran cantidad de joyas.
Tres días después, Remedios se presentó en la casa de Pilar Solá, de 81 años, le pidió un vaso de agua para que así la permitiese entrar en su domicilio y una vez dentro, la atacó con una toalla, intentando ahogarla hasta que así quedó inconsciente, también se llevó del lugar algunas joyas y su hija la encontró varias horas después inconsciente, tirada en el suelo.
El 25 de junio, entabló conversación con Alicia Latre, de 70 años, a la que pidió que le llenase una botella de agua, o sea, momento que utilizó Remedios para entrar en la casa y esconderse dentro, pues luego la atacó intentando pues ahogarla con un paño de cocina, pero los gritos de Alicia alertaron a su marido que llego a golpear a Remedios y así huyó del lugar.
Tres días después Remedios Sánchez ataca a su segunda víctima mortal en la calle Villarroel, Adelaida Geranzani, de 96 años, cuando su cadáver fue descubierto presentaba golpes en el rostro y la tráquea rota, producto de una asfixia con una toalla y Remedios robo unos pendientes y unos 1.200 euros que se gastó en un salón recreativo sito muy cerca del domicilio de la víctima.
Remedios consiguió entrar en la calle Muntaner, el día 1 de julio en la casa de María Sahún, de 76 años, o se, su tercera víctima mortal, a la que ahogó con una prenda de ropa, sustrajo del domicilio una pequeña cantidad de dinero, junto a diversas monedas antiguas, varias cartillas bancarias y una tarjeta que utilizó en una sucursal de Caja Duero cercano al domicilio de la víctima pues la videocámara de la entidad bancaria grabó la imagen de Remedios.
Monserrat Figueras, de 85 años, fue agredida el 3 de julio de 2006 cuando volvía de dar un paseo, Remedios Sánchez le pregunto por una vecina para entregarle un paquete y con ese pretexto Monserrat la dejo entrar en su casa.
Es en ese momento cuando Remedios le da una tremenda paliza de la que tardo en recuperarse casi tres meses, luego intentó estrangularla con un paño, hasta perder el conocimiento y se apoderó de varias joyas y 500 euros que gastó en un bingo cercano.
La sentencia cita otras dos agresiones, una contra María Salud Mateu de 83 años, con la que forcejeó ya que Remedios pretendía entrar en su domicilio, sin conseguirlo y otra ocurrida en la Plaza 11 de septiembre contra Isabel Medina, de 74 años a la que manifestó que tenía una quemadura en la mano y le dolía.
Isabel la llevó a su domicilio a curarla como así lo hizo y cuando fue a guardar la pomada Remedios huyo llevándose el monedero que contenía 5 Euros y una tarjeta de la Asociación «Salvadme Reina de Fátima», que fue luego recuperada en poder de Remedios.
Dolores, la amiga de Josefa, dio la primera información válida sobre la asesina, una cámara de un banco había grabado su imagen el día que se conocieron a primeros de junio y también aparece la imagen de Remedios en otra cámara sita en la entrada del metro el día que agredió a Alicia Latre.
Una de las direcciones en las que se movió la investigación fue la posibilidad de que quien realizase las agresiones así como los intentos de asesinato se produjeran motivados por el juego y, repasando las cámaras de videos de acceso a varios bingos cercanos encontraron otra pista, Remedios Sánchez aparecía en varias de las imágenes
Cerca de doscientos agentes registraron Barcelona, ya que Remedios no fue hallada en su domicilio, en la calle Mossèn Quintí Mallofré, donde vivía, ni en su lugar de trabajo.
Finalmente, fue detenida el 4 de julio de 2006 mientras echaba monedas en una máquina tragaperras en un bingo de la Calle Provenza, junto al paseo de Gracia.
Casi trescientas joyas, las cartillas sustraídas en casa de María Sahun y otros efectos fueron encontradas en el domicilio de Rosario Sánchez durante el registro posterior a su detención, que duro más de seis horas y que durante el cual no dejo de chillar, llegando a tener varios ataques de ansiedad pues posiblemente fue uno de los pocos momentos todo el proceso en los que perdió los nervios.
Las huellas dactilares encontradas en varios de los domicilios de sus víctimas y, también de las declaraciones de las víctimas supervivientes que describieron perfectamente a Remedios con su fuerte acento gallego y una cicatriz que tenía en una mano, constituyeron una cantidad abrumadora de pruebas en su contra.
Se presentaba ante sus víctimas con el nombre de Mari, y en sus declaraciones manifestó que la tal Mari era una mujer con la que había convivido en su casa, que tenía un aspecto parecido a ella y que no sabía donde residía.
Por ese motivo las víctimas la habían confundido con ella y las pertenencias de sus víctimas se encontraban así en su domicilio.
Durante el juicio Remedios permaneció sin hablar, salvo para decir que ella era inocente y que la verdadera autora de todos los crímenes era la tal Mari, tal y como esta explicado antes, argumentando su defensa un posible trastorno de personalidad múltiple, no obstante el informe psiquiátrico realizado a Remedios Sánchez y ordenado por la autoridad judicial la describe como egoísta, obstinada, con una autoestima moderada e incluso con mal carácter.

Remedios Sánchez prestando declaración en el juicio
Sin embargo, concluye que no posee síntomas de padecer ninguna enfermedad psiquiátrica ni se aprecian signos de trastorno de personalidad que le impidan saber que los actos realizados por ella no se debían hacer, Remedios explicó a los especialistas que oía voces, pero los expertos no encontraron ningún tipo de patología psicótica.
Tenía una baja capacidad de autocrítica, con tendencia a responsabilizar a los demás de sus propios actos y así como poca capacidad para expresar sentimientos.
Podría tratarse de una asesina en serie del tipo desorganizado ya que actúa con impulsos violentos, atacando de forma sorpresiva a sus víctimas, utilizando armas de oportunidad, encontradas en el lugar de los hechos.
Sin embargo, si utilizaba un modus operandi elaborado con una táctica de acercamiento muy definida, o sea, resulta el hecho de que en Remedios se juntan el placer de matar con su adición al juego, el matar le facilitaba obtener el dinero para saciar su ludopatía.
El placer por matar queda patente en la forma de asesinato empleado, el estrangulamiento, una manera de matar pues por muchos asesinos seriales que permite mirar a la víctima a los ojos dando una sensación de poder.
También es significativa la forma de actuar con respecto a las joyas, guardándolas como trofeos, otra actitud típica que se ve entre este tipo de asesinos que le permiten revivir de forma más nítida el placer que sintió así en el momento de matar.
La Audiencia de Barcelona condenó a 144 años, cinco meses y 29 días de prisión a Remedios Sánchez Sánchez, por el asesinato de tres ancianas e intentó de asesinato de otras seis, a la vez que se le imputaron varios delitos de hurto y robo, todos realizados en Barcelona entre junio y julio de 2006.
También tuvo que indemnizar tanto a los familiares de las mujeres fallecidas como a las víctimas que sobrevivieron con casi quinientos mil euros.
Fuente: https://www.matrix666.net/?p=7203