El poltergeist de Chiclana de la Frontera

Todo comenzó cuando sus habitantes notaron que desaparecían objetos cotidianos, tan pronto estaban en su lugar como desaparecían por meses para aparecer, de repente, justo en el lugar donde estaba inicialmente.
Ese fue sólo el inicio pues sus habitantes decían que aquella casa tenía un duende, o sea, la familia que residía en la casa creía que era el responsable de hacerle la vida imposible.
Pero hay muchos tipos de duendes, de espíritus, así cabría diferencias que están los duendes burlones o poltergeist que tiene un notable poder e incluso se piensa que cuando se manifiestan pueden hacerlo asimilando la forma de un ser humano u objeto y confundiéndonos.
Otro tipo de duende es el llamado doméstico que suelen habitar principalmente en casas deshabitadas o casas señoriales, grandes, que no suelen ser agresivo pero que si gastan “bromas” pesadas y gustan de cambiar las cosas de lugar o esconder objetos habituales en la casa.
Finalmente tenemos a los denominados como duendes vampiros que son aquellos que se nutren de la energía humana e incluso proferir tocamientos a las mujeres.
Tras ese primer paso en la desaparición de objetos llegó una segunda fase en la cual se rompían las cosas sin una razón determinada o que actuara alguna acción humana sobre ellas.
Posteriormente comenzaron a moverse los objetos de la casa y a producirse otros fenómenos como ruidos misteriosos de origen indeterminado y extraños olores, incluso la comida comenzó a aparecer desmenuzada y podrida.
Una noche se comenzó a sentir en aquella casa unas risas, risas como de niños, voces que murmuraban, un rumor en plena casa que llenaba de inquietud a todos los que allí vivían.
Era tan inquietante todo el fenómeno que estaban viviendo que a las pocas semanas de estar viviendo allí tuvieron que dejarla, tuvieron que salir de allí.
Aquella familia cargó sus pertenencias y muebles en un carro y se alejaron de allí sin mirar atrás. Pero en un momento determinado el padre recuerda que algo se les ha olvidado y exclama:
-¡Anda, se nos ha olvidado el perol!
Y entonces se llevaron una gran sorpresa y susto pues del carro surgió una presencia, se manifestó una presencia, que inicialmente identificaron como un duende. Aquel extraño ser les dijo:
-Por el perol no preocuparse, que lo he traído yo.
Y es que el duende se iba con ellos, quien sabe si tal vez no habitaba la casa y si uno de los objetos de aquella familia.
Aquel era el responsable de todas las desapariciones que habían sucedido en la casa, entonces el duende les dijo:
–Si no volvéis a la casa os acompañaré allá donde vayáis.
Y la familia tuvo que regresar ante la amenaza de que aquel ser no les dejara jamás y así se explicaba porque la casa nunca estaba deshabitada hasta que con el paso del tiempo cada uno de los miembros fueron muriendo.
Fuente: https://www.cadizdirecto.com/el-poltergeist-de-chiclana-de-la-frontera/