San Lorenzo y la leyenda del Santo Grial

La leyenda dice que entre los tesoros de la Iglesia confiados a Lorenzo se encontraba el Santo Grial (la copa usada por Jesús y los Apóstoles en la Última Cena) y que consiguió enviarlo a Huesca, junto a una carta y un inventario, donde fue escondido y olvidado durante siglos.
Los padres de San Lorenzo, santos Orencio y Paciencia, sí serían de Huesca, y que habrían llegado a la ciudad de Valencia a consecuencia de las persecuciones.
Según la Vida y martirio de san Lorenzo, texto apócrifo del siglo XVII supuestamente basado en la obra del monje Donato (siglo VI), el papa Sixto II le entregó el Santo Cáliz junto a otras reliquias, para que las pusiera a salvo.
En la cueva romana de Hepociana, Lorenzo acudió a una reunión de cristianos presidida por el presbítero Justino donde halló a un condiscípulo y compatriota hispano, llamado Precelio.
Le entregó varias reliquias, entre ellas el santo cáliz, con el encargo de que las llevara a la familia que le quedaba en Huesca (sus padres vivían en Roma).
Precelio llevó las reliquias a los tíos y primos de Lorenzo en Huesca que las escondieron, perdiéndose la pista, aunque algunas tradiciones afirman que el santo cáliz fue depositado en la iglesia de san Pedro de la localidad.
Tras ello, y gracias al obispo Acilso fueron puesta a salvo cuando huyó en el año 711 como consecuencia del avance de los musulmanes, para esconderse en los Pirineos.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Lorenzo_(m%C3%A1rtir)