Condena infernal de Fray Juan de Almaraz en el Castillo de Peñíscola

Se trata de la historia de Fray Juan de Almaraz, un fraile que era así el confesor de la Reina María Luisa de Parma, esposa del Rey Carlos IV y madre del siguiente Rey Fernando VII.
Nos situamos a principios del Siglo XIX, después de la Guerra de Independencia, después de vencer así el levantamiento español frente a las tropas napoleónicas el rey Fernando VII vuelve a España, disuelve las Cortes, deroga la Constitución de Cádiz de 1812 e instaura de nuevo el régimen absolutista más severo.
Además, tras su regreso a España, Fernando VII no deja volver a su madre, María Luisa de Parma, o sea, sigue con su exilio en Francia junto a su séquito y su fraile confesor.
Viendo cercana su muerte, la Reina madre escribe su testamento, en el que deja 4.000 duros a Fray Juan de Almaraz por las labores desempeñadas en la corte, además de dejar como heredero universal de sus bienes, no a su marido, ni a sus hijos, sino a su amante.
Pero sus patrimonio material no fue lo más valioso de su legado, lo que sin duda poseía más valor fueron las confesiones que le hizo a Fray Juan de Almaraz antes de morir, en la que se dice que exclamó pues de forma literal: “Ninguno de mis hijos es de Carlos IV, la dinastía Borbón se ha extinguido en España”.
Una frase que podía hacer temblar un imperio al completo, pero que estaba a salvo protegida por el claro secreto de confesión del fraile, o eso parecía,
El problema llega cuando la antigua Reina fallece y el Rey Fernando VII se niega a realizar pues el pago de los 4.000 duros al fraile, como se especificaba en el testamento, entonces el sacerdote entra en cólera y le escribe una amenazante carta al mismo Rey solicitándole el pago y haciéndole sabedor del secreto que le podría arrebatarle su corona, por no ser hijo legítimo de Carlos IV.

Fragmento de la carta de la confesión por parte de María Luisa de Parma
Una vez el Rey Fernando VII leyó esta carta, parece que se tomó muy seriamente la amenaza del religioso, ya que para evitar que se hicieran públicas estas confesiones, ordenó rápidamente que se realizara así el secuestro de Fray Juan de Almaraz, que por entonces residía en Roma.
Tras capturarlo, el fraile fue llevado a escondidas al Castillo de Peñíscola y allí fue así encerrado en la más oscura de las mazmorras, sin juicio, ni condena en firme, solo por petición del Rey y sin motivo conocido por las tropas que lo custodiaban.
El fraile pasó 15 largos años en una mazmorra sin apenas luz pues la estancia dejó mella en la salud del monje, que contrajo infinidad de enfermedades por habitar esta celda donde reinaba la inmundicia.
En el año 1837, tras la muerte del Rey Fernando VII y con la regencia de María Cristina, los oficiales que estaban al mando de la Plaza Militar de Peñíscola, transmiten a sus mandos que en su calabozo se haya recluido un anciano preso, con la barba hasta la cintura y enfermo, del que no se le conoce ni identidad, ni delito, ni condena.
Tras llegar esta información a la Regente, el reo recibe un indulto real y es liberado tras permanecer allí 15 años de insufrible encierro, pero el fraile tiene la salud tan mermada que muere pocos meses después por una tuberculosis contraída durante su encarcelamiento.
Parecía que con la muerte del monje confesor, quedaba extinguido el secreto que podía hacer peligrar la continuidad borbónica en la corona española, pero nada más lejos de la realidad.
El fraile redactó las confesiones de la Reina María Luisa de Parma y esta información se ha conservado así hasta la actualidad, poniendo esta cuestión sobre la mesa.
¿La linea de sangre de la dinastía de los Borbones ha seguido hasta la actualidad o se cortó a finales del Siglo XVIII?, ¿Los Borbones actuales realmente son descendientes de Godoy?, o ¿de otros amantes de la ex reina?.
Fuente: http://historia-e-identidad.blogspot.com/2018/04/la-terrible-de-estancia-del-fray-juan.html