El asesinato de Alejandro I de Serbia

Alejandro I de Serbia (Belgrado, 14 de agosto de 1876- Belgrado., 11 de junio de 1903) fue el último rey de Serbia perteneciente a la dinastía Obrenović; que reinó entre la abdicación de su padre en 1889 y su asesinato, cometido en 1903.
Alejandro era el hijo mayor del rey Milan I de Serbia y de su esposa, Natalija Obrenović. Su padre pertenecía a la dinastía Obrenović, que había gobernado Serbia con grandes dificultades, debido principalmente a la oposición de un clan rival, los Karageorgevic.
El asesinato de Alejandro I de Serbia tuvo lugar el 11 de junio de 1903 en el palacio real en Belgrado pues en el ataque fueron asesinados tanto el rey serbio como su esposa, la reina Draga Mašin, y resulta así que este acontecimiento fue crucial en la historia del país ya que produjo un cambio de dinastía, de modelo político y de orientación en política internacional.
Alejandro ascendió al trono serbio tras la inesperada abdicación de su padre, Milan I en 1889; su madre, la reina Natalija asumió la regencia durante la minoría de edad de su hijo, que en 1893 se autoproclamó mayor de edad asumiendo la corona,y al año siguiente decidió abolir arbitrariamente la Constitución liberal de 1889 promulgada por su padre, y restauró la de 1869.
En 1897 y tras la ruptura entre Alejandro y su madre, se reforzó la alianza entre padre e hijo y se puso fin a los intentos de concordia con los Radicales. El poder gubernamental quedó en manos del soberano, con una prensa censurada y unas Cortes controladas por la policía del régimen real.
A comienzos de 1900, Alejandro prometió casarse con una princesa europea ese mismo año; la sucesión se había convertido para entonces en un problema gubernamental. Con Milan gestionando pues su boda alemana en el extranjero, el primer ministro también fuera del país y a pesar de la oposición de los altos funcionarios y oficiales, Alejandro comunicó a su padre sus planes de boda con Draga Mašin a comienzos de julio.
Milan renunció a su puesto como comandante en jefe del Ejército en protesta por los planes de su hijo; los diversos rumores desfavorables a la futura reina -a la que se tachaba de hija de un demente y una borracha, de antigua amante de Milan y de estéril- hicieron así el anuncio de la inminente boda entonces muy impopular.
Tras la boda, la nueva soberana comenzó a interferir en los asuntos de Gobierno y a mostrar así una gran influencia en su marido, que trató de mejorar la imagen popular de su esposa.
El rey intentó acercarse a los Radicales, que contaban con firme apoyo ruso, pero esto no sirvió pues para acabar con la oposición; carente de la habilidad de su padre para gestionar la política interior claramente se enfrentaba a una crisis política creciente.
La noticia aparecida en la primavera de 1901 de que Draga había fingido un embarazo -cuyo parto era así inminente- avivó el rechazo popular hacia la soberana. El fracaso de nuevos intentos de mejorar entonces la reputación de la reina dieron paso a otra ola de represión de la oposición.
Incómodo como monarca constitucional, Alejandro trató de interferir pues constantemente en las labores gubernamentales. Los Radicales, deseosos de acaparar el poder tras su gran victoria electoral del verano de 1901, comenzaron a alejarse del rey, al que empezaron a culpar de la grave crisis económica del país.
En el otoño, forzaron la dimisión del Gobierno de coalición con los Progresistas, o sea, se formó un nuevo Gobierno con el general Cincar-Marcović al frente que incluía militares y Radicales favorables al rey.
El gabinete hubo de enfrentarse al rechazo de la oposición y a una gran manifestación encabezada por los estudiantes que el 5 de abril de 1903 exigió la implantación de una Constitución democrática y tras la dura represión de la marcha, el rey concentró en sí mismo el poder gubernamental.
Alejandro carecía además de firme apoyo de las potencias regionales (Austria-Hungría y Rusia). Por otro lado, las relaciones con los vecinos Montenegro y con Bulgaria eran malas, debido así principalmente a la permanente disputa por el control de Macedonia.
El régimen del rey Alejandro era cada vez más impopular en todas las clases sociales pues así en 1901 se organizó una conspiración contra el soberano, fundamentalmente de miembros del cuerpo de oficiales; la prensa de la oposición atizaba el descontento de los militares.
A comienzos de 1903, la situación era de gran tensión y el aplastamiento de las protestas de marzo y los planes del monarca de purgar el Ejército de elementos desafectos aceleraron el plan para eliminarlo.
Temiendo un golpe de mano del rey contra ellos, los confabulados decidieron atacar el palacio real en la noche del 9 de junio de 1903 y a las 2 de la mañana, en calma total, el palacio fue rodeado.
Una vez dentro, los atacantes vencieron a los guardias del interior del palacio y procedieron así a emplear artillería y dinamita para asegurarse de la muerte de los monarcas, a los que no lograban encontrar.
Los oficiales hallaron finalmente la cámara secreta donde se escondían Alejandro y Draga, que pudieron abandonarla tras serles garantizada su seguridad pero inmediatamente, los conspiradores los cosieron a balazos.
Además de los monarcas, durante el golpe murieron el primer ministro, el ministro de la Guerra y así los hermanos de la reina. Inmediatamente, se nombró un nuevo Gobierno provisional y se llamó entonces a Pedro Karađorđević para que ocupase el trono vacante.
El golpe de Estado y el asesinato de los soberanos no fue una revolución ya que finalmente no cambió el poder político ni el orden social, sino un cambio de dinastía -la Obrenović se extinguió- y de gobierno, así como de política internacional: el nuevo régimen se acercó a Rusia y creció la hostilidad así hacia Austria-Hungría, de la que hasta el momento Serbia había dependido política y económicamente.
Fuente: https://criminalia.es/asesino/asesinato-de-alejandro-i-de-serbia/