Banshee: la mujer de lamentos proféticoa
Los pobladores de la Irlanda del siglo VIII sabían que cuando un lamento o un grito rasgaban el silencio de la noche era porque una Banshee se encontraba cerca. Estos seres misteriosos, habitantes de la penumbra, son espíritus de mujeres que acompañan a una familia por cuyas venas corre sangre irlandesa; con sus chillidos presagian la muerte de alguien cercano. Por eso hielan la sangre. Pero ¿de dónde venían las Banshee?
De acuerdo con la antigua tradición irlandesa, las Banshee o mujeres de los túmulos (un túmulo es un montón de piedras levantado sobre una tumba) eran almas que no podían abandonar este mundo en paz y se quedaban aferradas a lo que conocieron: su familia. Con la llegada del cristianismo este concepto cambió un poco y vino a decirse que las Banshees eran ángeles caídos.
La familia real de los O’Brien se encontraba en guerra con el rey Leinster y listos para combatir: la batalla se dispuso un viernes santo. El patriarca de la familia de los O’Brien sabía que del campo de guerra no volvería con vida, pues la noche anterior había soñado con Aibhill la Banshee que había acompañado durante generaciones su hogar. Aibhill estaba lavando las ropas de los soldados en un río, y éste se volvió rojo como la sangre.
Se cuenta que solo cinco familias irlandesas: los O’Gradys, los O’Neills, los O’Conchobhairs y los Caomhánachs contaban con la presencia profética de una Banshee, pero al ocurrir las migraciones y las mezclas entre familias, podemos encontrar historias de Banshees en otras partes como Australia, Inglaterra o Estados Unidos.
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