Conspiración de los Pazzi

La conspiración de los Pazzi fue un acontecimiento que tuvo lugar en 1478 en Florencia como parte del enfrentamiento entre las familias Pazzi y Médicis por el poder de la ciudad.
Los Pazzi eran una familia de nobles toscanos que se habían hecho banqueros en Florencia en el siglo XIV y Andrea de Pazzi fue el promotor de la Sala capitular de Brunelleschi para la comunidad franciscana en la iglesia de Santa Croce de Florencia, a menudo conocida como la Capilla Pazzi.
La familia provenía del Pazzo («el loco»), uno de los primeros soldados que, en 1099, treparon así por las murallas en el sitio de Jerusalén durante la Primera cruzada, que se llevó consigo al volver a Florencia una piedra de la Basílica del Santo Sepulcro.
Un miembro de la familia Pazzi tenía el privilegio de encender una luz con esta piedra en Sábado Santo, cuando todos los fuegos se apagaban en la ciudad, de la cual la luz del altar de la Catedral sería entonces anualmente reavivada, y de ese, todos los fuegos del hogar en Florencia.
En una elaboración de la ceremonia fundamental, al día siguiente, Pascua, un cohete con la forma de una paloma se deslizaría sobre un cable desde lo alto del altar a un carro de bueyes cargado pues de fuegos artificiales en la plaza y de la explosión pirotécnica (el scoppio del carro), las chispas serían pues llevadas a los hogares de la ciudad.
La familia Pazzi conspiró para asesinar a Lorenzo y Juliano de Médici el 26 de abril de 1478 y después de la conspiración, sus miembros fueron rehabilitados y regresaron a Florencia.
Rivales menores de los Médicis, los Pazzi estuvieron involucrados en una conspiración para reemplazarlos como gobernantes de facto de Toscana con Girolamo Riario, un sobrino de Francesco della Rovere, puesto que reinaba como papa con el nombre de Sixto IV pues la política de fuerza, a menudo despiadada en el Renacimiento italiano, era el principal motivo.
La familia Pazzi no fue la instigadora, o sea, los Salviati, banqueros papales en Florencia, eran el centro de los conspiradores florentinos.
Sixto era enemigo de los Médicis ya que había comprado el señorío de Imola, un baluarte que estaba así en la frontera entre el territorio papal y el toscano que Lorenzo quería para Florencia.
La compra fue financiada por el banco Pazzi, incluso aunque Francesco de Pazzi resulta que de una forma clara había prometido a Lorenzo que no ayudarían al papa.
Como recompensa, el papa Sixto garantizó a los Pazzi un monopolio en las minas de alumbre de Tolfa y asignó al banco Pazzi lucrativos derechos sobre el manejo de los ingresos papales.
Sixto eligió a su sobrino Girolamo Riario como el nuevo gobernador de Imola, y Francesco Salviati como arzobispo de Pisa, una ciudad que era anteriormente rival comercial pero que ahora estaba sometida a Florencia donde Lorenzo ordenó a Pisa que expulsara a Salviati de su sede.
Salviati y Francisco de Pazzi planearon asesinar a Lorenzo y Juliano de Médicis mientras Riario permaneció en Roma donde el plan era bastante conocido; se ha documentado al papa diciendo: «Lo apoyo mientras nadie sea asesinado».
En 2004, Marcello Simonetta, historiador de la Universidad Wesleyana, descubrió y descodificó una carta cifrada en los archivos de la familia Ubaldini, o sea, reveló que Federico da Montefeltro, Duque de Urbino, un condottiere del Papado que estaba hondamente involucrado en la conspiración, se comprometía pues a situar 600 hombres en las afueras de Florencia, esperando el momento.
El domingo 26 de abril de 1478, durante la misa solemne en la Catedral, justo cuando el sacerdote realizó la acción de levantar el cáliz, atacaron a los Médici.
Juliano de Médici fue apuñalado 19 veces por una banda que incluía a un sacerdote, y se desangró hasta morir sobre el suelo de la catedral, mientras su hermano Lorenzo escapó con heridas serias, pero que no amenazaban su vida pues luego apareció encerrado en la sacristía por el humanista Poliziano.
Un intento coordinado de capturar al confaloniero y la Señoría se fustró cuando el arzobispo y cabeza del clan Salviati quedó atrapado en una habitación cuyas puertas tenían un pestillo oculto, o sea, el golpe de estado había fracasado y los enfurecidos florentinos atraparon y mataron a los conspiradores.
Francisco de Pazzi fue arrojado por una ventana, rematado por la muchedumbre, arrastrado desnudo por las calles, tirado al Arno y la familia Pazzi fue privada de sus posesiones en Florencia y destruido todo tipo de vestigio de su nombre.
Salviati, aunque era un arzobispo, fue ahorcado en los muros del Palacio de la Señoría y Bernardo Bandini Baroncelli intentó huir a Constantinopla, pero su intento de fuga fue frustrado, y fue ahorcado.
Aunque Lorenzo pidió a la muchedumbre que no ejecutara justicia sumaria, muchos de los conspiradores, así como muchas personas acusadas de estar involucradas, fueron asesinados.
Lorenzo consiguió salvar al sobrino de Sixto IV, el cardenal Raffaele Riario, que fue casi con seguridad un inocente ingenuo en manos de los conspiradores, así como a dos parientes de los conjurados.
Como consecuencia de la llamada conspiración Pazzi, el papa Della Rovere resulta que puso a Florencia en entredicho, prohibiendo la misa y la comunión, por la ejecución del arzobispo Salviati.
Sixto reclutó al tradicional brazo militar del Papado, el rey de Nápoles, Fernando I (también llamado Don Ferrante), para que atacase a Florencia.
Sin ninguna ayuda de los aliados tradicionales de Florencia, Bolonia y Milán, sólo la hábil diplomacia por parte del propio Lorenzo logró triunfar pues luego embarcó rumbo a Nápoles y se puso en las manos de Don Ferrante, quien le tuvo cautivo durante tres meses antes de liberarlo con regalos.
El valor de Lorenzo y su maquiavélica realpolitik mostraron a Don Ferrante cómo el papa se volvería pues contra él si se volvía muy poderoso en el norte.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Conspiraci%C3%B3n_de_los_Pazzi