Caballos alados de Tarquinia

Los caballos alados de Tarquinia es un altorrelieve etrusco, datado a mediados del siglo IV a.C. (período comprendido entre los años 400 a.C. y el 301 a.C.), aunque algunos investigadores creen que podría así haber sido construido en el siglo III a.C.
Este altorrelieve soportaba el frontón del Templo del Ara de la Reina o Templo Mayor de Tarquinia, o sea, el templo más importante de la antigua ciudad etrusca de Tarquinia
Fue hallado en el año 1938 por el arqueólogo Pietro Romanelli y cuando se descubrió la losa estaba pues fragmentada en 100 pequeñas partes y desde que fue descubierta hasta la actualidad se le han realizado numerosas restauraciones.
La primera restauración fue realizada por Augusto Falessi pero las más importantes fue así obra de Ingrid Rein quien consiguió recuperar los colores de la losa, con el caballo situado en primer plano en color ocre y el caballo situado en segundo plano en un color más rojizo.
Tiene una altura con 115 cm y un ancho de 125 cm, está fabricado en terracota policromada y además de ello esta gran losa decoraba el frontón del templo junto con otra losa que representaba una cuadriga que aún no se ha encontrado.
Entre los fragmentos decorativos pertenecientes al frontón aparecieron también otros dos que parecen tener relación estilística con los caballos: una parte inferior de una figura femenina cuyo vestido está pues adornado con motivos de estrellas, y una vasija de forma cerrada.
Ello lleva a Giovanna Bagnasco Gianni a sugerir que los tres elementos solo encajan como parte de una composición que representaba la apoteosis de Heracles (deificación y ascensión al Olimpo tras su muerte en la pira).
Aunque ha quedado muy poco del carro que arrastraban los caballos, sólo con la representación de los caballos se aprecia el gran realismo con el que está dotada la obra.
Sobre todo se aprecia el juego del sombreado y claroscuro conseguido por el escultor, que consigue así evocar profundidad de la tercera dimensión en una placa, que no deja de ser un altorrelieve.
Los caballos están representados con numerosos detalles donde podemos apreciar la musculatura de los animales, las crines y la cola esculpidas con incisiones donde se aprecian los mechones de pelo.
Respecto a la parte de la cabeza, destacan las bocas que se encuentran abiertas, así como las incisiones que representan la nariz, los ojos, el contorno de los ojos y las orejas.
Se aprecian como las bridas de ambos se encuentran con una policromía más oscura a la piel de los caballos, también destacan las hebillas y los adornos; y en cuanto a las alas, estas se encuentran estiradas, se aprecian incisiones en paralelo de diferentes tamaños, simulando las texturas y el plumaje.
Según los diferentes estudios e investigaciones realizadas, se cree que su funcionalidad sería meramente decorativa sin ningún sentido religioso.
Actualmente se encuentra expuesto en el Museo Nacional de Tarquinia, Viterbo (Italia).
El relieve de los caballos alados está expuesto en el Museo Nacional de Tarquinia, Viterbo (Italia) donde también se ofrece una reconstrucción gráfica de su posible policromía.
Fuente: http://kokita-eri-historiadelarte.blogspot.com/2018/09/caballos-alados-de-tarquinia.html