Tratado de Tordehumos

El Tratado de Tordehumos fue un tratado firmado el día 20 de abril de 1194 entre Alfonso IX de León y Alfonso VIII de Castilla, gracias al legado papal Gregorio, cardenal titular de Sant Angelo y así sobrino del Papa Celestino III, a fin de poner término a la guerra que los reinos de León y de Castilla mantenían desde el año 1191, en que fue acordada la Liga de Huesca por varios reinos cristianos peninsulares para hacer la guerra al reino de Castilla.
Tras la defunción del rey Fernando II de León, acaecida en 1188, y la posterior subida al trono leonés de Alfonso IX de León, Alfonso VIII de Castilla invadió el reino de León y se apoderó de varias fortalezas, que desde ese momento le fueron reclamadas por el soberano leonés a su homólogo castellano.
En 1191 Sancho I el Poblador, rey de Portugal, propuso al rey aragonés un pacto para hacer frente al reino de Castilla pues Alfonso II de Aragón, que aceptó la propuesta, comunicó así al soberano portugués que deseaba que el pacto de alianza frente al reino de Castilla se extendiera al Reino de Navarra y al Reino de León.
El pacto entre los cuatro reinos fue llamado la Liga de Huesca, y fue firmado el 12 de mayo de 1191, en la ciudad de Huesca donde los reyes de Aragón y Navarra invadieron el reino de Castilla, atacando luego el territorio soriano.
En 1194 el cardenal Gregorio, legado del Papa Celestino III, se dispuso a mediar en el conflicto que dividía a los reinos de Castilla y León, consiguiendo que los soberanos de ambos reinos se aviniesen a firmar un tratado de paz, que fue rubricado en el municipio vallisoletano de Tordehumos el día 20 de abril de 1194.
En el tratado de Tordehumos se acordó que el rey de Castilla devolvería al monarca leonés las fortalezas que había ocupado durante la guerra entre ambos reinos, y que eran los castillos de Alba, Luna y Portilla.
El resto de los castillos que habían sido ocupados por las tropas castellanas serían restituidos al reino de León tras la defunción de Alfonso VIII de Castilla, siendo estos castillos los de Valderas, Villafrechós, Siero de Riaño, Bolaños de Campos, Villarmenteros y Siero de Asturias.
Así mismo el legado ordenaba una pesquisa a Santervás de Campos para averiguar si es que antes había dependido del castillo de Melgar, o sea, si Santervás continuaría en poder el rey de Castilla, o sino en caso contrario sería entregado al rey de León.
El legado papal confirmó que los castillos que habían constituido la dote matrimonial de la reina Teresa de Portugal serían considerados propiedad del reino de León, pese a la separación de ambos cónyuges y además, se dispuso que en caso de conflicto se recurriría al arbitraje de la Santa Sede.
Se acordó también que en caso de que Alfonso IX de León falleciese sin dejar descendencia legítima así el rey de Castilla heredaría su reino.
El Maestre de la Orden del Temple, por parte del reino de León, y el Maestre de la Orden de Calatrava por la de Castilla, se comprometieron así a cuidar los castillos que fueron entregados por ambos reinos como garantía de la paz, disponiéndose además que los dos Maestres obligarían a los dos soberanos entonces a mantener la paz entre ambos reinos.
Fuente: https://es.wikidat.com/info/Tratado_de_Tordehumos