El ‘ajedrez’ vikingo que conocemos gracias a Linneo

También conocido como ajedrez vikingo, el Tafl es considerado el juego de estrategia de los pueblos celtas y nórdicos durante la Edad Media, además de ser un elemento con gran carga simbólica en la cultura vikinga y se debe al botánico y naturalista Carlos Linneo.
El Brandubh, la versión del juego de los pueblos irlandeses, se trata de una de las modalidades más simples y por tanto más intuitivas: en un tablero de 7×7 se enfrentan dos fuerzas, blancas y negras, en torno a un rey en la clara posición central al que unas protegen y otras atacan.
Todas las fichas (incluido el rey, que juega con las blancas) se desplazan por el tablero como las torres del ajedrez y además todas las piezas pueden ser capturadas al ser rodeadas por dos lados opuestos, el rey solo estará a salvo cuando se encuentra sobre una casilla cruzada y solo puede escapar cuando alcanze las casillas de las esquinas.
Esta respuesta desafió y fascinó durante mucho tiempo a los arqueólogos e historiadores, o sea, una fascinación alentada por las múltiples referencias al juego Tafl existentes en las sagas nórdicas.
Hoy se sabe que el Hnefatafl es una de las varias variantes de los juegos Tafl, una familia de juegos de mesa y estrategia (de origen germánico y celta) en la que la influencia vikinga extendió por todo el centro y norte de Europa.
Fueron muy populares entre los siglos V y XII, hasta que progresivamente fueron reemplazados finalmente por el ajedrez llegado desde La India.
En el último siglo y medio sucesivas excavaciones y levantamientos de los emplazamientos y enterramientos vikingos han permitido encontrar varios ejemplos y muestras del juego: tableros y figurillas ornamentadas.
Y uno de los aspectos que más han intrigado a los estudiosos es el misterio de su significado y simbología que se les atribuía, ya que estaban presentes en las tumbas de muchos guerreros.
Al parecer, la capacidad estratégica que requería justifica esta presencia, convirtiéndolo en un elemento o atributo para definir con ello el estatus del fallecido como un destacado guerrero.
Más allá de las evidencias y connotaciones arqueológicas, hay un aspecto todavía más sorprendente con respecto a este juego, que, de hecho, fue el que en gran medida abrió la puerta a su conocimiento, o sea, conocemos las reglas gracias a la labor del famoso botánico sueco Carlos Linneo.
En 1732, el joven Linneo emprendió una expedición a Laponia para llevar a cabo el estudio de la fauna y flora de esa recóndita región, o sea, un viaje de estudios que también iba a aprovechar para entrar en contacto pues con el pueblo lapón y documentar de primera mano su vida y costumbres; entre ellas su afición por un juego de mesa que llamaban Tablut.
Linneo no hablaba lapón, por lo que tuvo que entender las reglas del juego a base de observar numerosas partidas e identificar así cuál era el objetivo, qué movimientos eran los permitidos y cómo se alcanzaba la victoria.
Esta información la compiló, junto al resto de sus observaciones, en su cuaderno de viaje publicado bajo el título de Iter Lapponicum, legando así el primer manual de instrucciones registrado de los juegos Tafl.
Los juegos Tafl enfrentan a dos jugadores al mando de dos fuerzas, o sea, el de blancas y negras en torno a un rey en posición central, que es protegido por unas y atacado por las otras sobre un tablero cuadrado, cuadriculado y con una casilla central.
Puede variar el tamaño del tablero (siempre con el mismo número impar de casillas por lado) y el número de fichas por bando (a veces igual, otras con doble de atacantes que de defensores).
El objetivo del bando defensor, que maneja al rey, es lograr que este escape saliendo por algún punto del tablero y el objetivo del bando atacante es el atrapar al rey.
Todas las fichas, incluido el rey, se mueven como las torres del ajedrez, en vertical y horizontal. Y tanto el rey como cualquiera de las fichas restantes es eliminada de la partida cuando es atrapada entre dos fichas rivales en disposición horizontal o vertical (no en diagonal), o bien aprisionada contra uno de los bordes y hay algunas casillas en las que el rey está a salvo.
No obstante, esta información pasó desapercibida hasta finales del siglo XIX cuando el historiador inglés H. J. R. Murray conectó la descripción del uso del Tablut lapón, recogida por Linneo, con el juego tafl mencionado pues en las historias vikingas.
En definitiva, fue así como se abrió la puerta a su estudio y reconocimiento de este juego como elemento esencial de la cultura vikinga.
Fuente: https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/matematicas/el-ajedrez-vikingo-que-conocemos-gracias-a-linneo/