Historia de la Rosa de Oro

La Rosa de Oro es una distinción otorgada por el papa a personalidades católicas preeminentes, o sea, a emperadores, emperatrices, reyes, reinas y duques y a algunas advocaciones de la Virgen María, que fue creada por León IX en 1049, que consiste en un rosal de oro con flores, botones y hojas, colocado en un vaso de plata renacentista en un estuche de oropel con el escudo papal y que resulta ser bendecida el cuarto domingo de Cuaresma, ungida con el Santo Crisma y la inciensa, de modo que es un sacramental.
La singular institución de la Rosa de Oro data de 1049 y se dice que queriendo el papa León IX poner bajo el dominio directo de la Santa Sede el célebre monasterio de Santa Cruz de Alsacia que había sido pues fundado por sus abuelos y sobre el cual tenía derechos de patronato, el monasterio se obligó pues por un tratado a enviar así todos los años al mencionado papa y a sus sucesores el cuarto domingo de cuaresma una rosa de oro o dos onzas del mismo metal.
Así se verificó y con este motivo se estableció el ritual de la bendición y de la unción de la rosa de oro con la que se quiso figurar a Cristo representado por el oro, el más noble de todos los metales, y por tanto la resurrección del Salvador, significada por el bálsamo aromático.
Antiguamente se pintaba la rosa de carmín para representar la sangre que derramó por su pueblo Jesús, pero luego fueron de oro bruñido, y el santo padre después de bendecirla la llevaba en procesión con la mano izquierda mientras que iba bendiciendo a los fieles con la derecha.
El pontífice acostumbraba a enviar todos los años esta razón a alguna iglesia particular o también a algún príncipe o princesa de la cristiandad.
La república veneciana poseía cinco rosas en el tesoro de San Marcos que han desaparecido durante las guerras de Italia y el papa Gregorio XVI envió la que bendijo en 1834 a la ciudad de Venecia.
Entre las reinas que la recibieron se encuentran María Cristina de Austria, reina regente de España (León XIII, 1886); Isabel I de Brasil (León XIII, por liberar a los esclavos en 1889), y Victoria Eugenia, consorte de Alfonso XIII en 1914, por Benedicto XV.
Después del Concilio Vaticano II la condecoración pontificia pasó a ser regalo de los papas a las vírgenes :Fátima en 1965 por Pablo VI; Aparecida en Brasil, en 1967 por Pablo VI; de Luján en 1982 por Juan Pablo II; de Guadalupe; de Loreto; de la Evangelización en Lima, Perú, en 1988, por Juan Pablo II; de Jasna Gora en Czestokowa, Polonia, en 2006 por Benedicto XVI; Aparecida en Brasil, en 2007, por Benedicto XVI, y de Pompeya en Italia, en 2008, por Benedicto XVI y Virgen de la Cabeza en España en .
La última Rosa de Oro y más brillante fue concedida a la Santísima Virgen de la Cabeza que es venerada en la Basílica de Nuestra Señora patrona de Andújar por bula del Papa San Pío X el 18 de Marzo de 1909 y de la Diócesis de Jaén por bula del Papa Juan XXIII el 27 de Noviembre de 1959.
En 2009 durante la celebración de su Año Jubilar, el Papa Benedicto XVI la condecoró con la Rosa de Oro, “singular privilegio” con el que el Papa reconoce el Patronazgo sobre la Diócesis de Jaén, con la profunda devoción con la que es venerada y la amplia Historia de su Romería, la más antigua de España.
Le fue impuesta por el Obispo de Jaén, Don Ramón del Hoyo López el día 22 de Noviembre de 2009 en la Santa Iglesia Catedral de Jaén pues es la primera Virgen de España que la recibe, algo que también forma parte de la Historia de esta deslumbrante joya de la cristiandad que cuenta con 963 años de existencia.
Fuente: https://virgendelacabeza.net/rosa-de-oro/