La verdad del misterioso broche de Penestre

Investigaciones científicas realizadas por «La Sapienza» (Universidad de Roma) y el Consejo Nacional de Investigaciones (CNR) han confirmado la autenticidad de la preciosa fíbula etrusca y la de su inscripción, la evidencia más antigua de la lengua latina.
La autenticidad del precioso broche, datado en el siglo VII a. C., y de su inscripción, considerada la evidencia más antigua de la lengua latina ha sido confirmada por estudios científicos realizados por Daniela Ferro, del Instituto para el Estudio de Materiales Nanoestructurados (ISMN) del Consejo Nacional de Investigación, y por Edilberto Formigli, restaurador y profesor de la Universidad «La Sapienza» de Roma y Florencia.
La fíbula, hallada en Palestrina, la antigua Praeneste, había sido objeto de un intenso debate sobre su autenticidad y contexto desde su lanzamiento oficial en 1887 por el arqueólogo alemán Wolfgang Helbig.
La joya de oro, de 10,7 cm de largo, y datada en torno a la mitad del siglo VII a. C., tiene, en la parte exterior del soporte, la inscripción «Manios med fhefhaked Numasioi»; en latín clásico: «Manius me fecit Numerio», o sea, el más antiguo testimonio de la lengua latina que ha sobrevivido.
La fíbula ha sido estudiada con un instrumento equipado con una cámara que le permite moverse ampliamente sobre el objeto e investigar todas sus partes sin dañarlo.

El arqueólogo alemán Wolfgang Helbig
El equipamiento científico ha permitido establecer la metodología y composición en la misma antigüedad que la datación previamente asignada al broche, a pesar de los intentos de limpieza y abrasión de los últimos siglos.
El preciosos broche fue objeto de largas discusiones acerca de su autenticidad y también de vicisitudes atormentadas.
Fue presentado oficialmente por primera vez por el arqueólogo alemán Wolfgang Helbig en 1887 que afirmaba haberla comprado a un amigo en 1876, y señaló como lugar del hallazgo la tumba Bernardini que fue descubierto en 1851 y excavado desde 1871, cerca de la antigua ciudad de Praeneste, la actual Palestrina.
A continuación, la fíbula Prenestina fue donada en 1889 al Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia por el anticuario Francesco Martinetti, quien la compró probablemente a Helbig.
En 1900 fue transferida al Museo Nacional de Prehistoria, Etnografía y Kircheriano, del Colegio Romano, uniéndola al inventario de restos de la tumba Bernardini.
En 1960 el conjunto de restos de esta tumba fueron trasladados al Museo Etrusco de Villa Giulia, mientras que la fíbula permaneció en el Museo de Prehistoria y Etnografía.
El 27 de noviembre 1979 estalla un verdadero «caso»: la fíbula de Preneste es declarada una falsificación pues Margherita Guarducci , en una reunión de la Accademia de Lincei, niega la autenticidad de la pieza argumentando que la inscripción se hizo en Roma a finales del siglo XIX por el mismo Wolfgang Helbig.

La fíbula de Preneste
Las reacciones son inmediatas y vivaces, tanto en apoyo de la autenticidad del objeto y de la inscripción, como en apoyo de la falsedad de la inscripción, grabada en la edad moderna y en los libros de texto no se menciona la inscripción de la fíbula.
Al final de los años ochenta Edilberto Formigli estudia la estructura física de la fíbula y confirma su autenticidad. No obstante, para algunos lingüistas seguía habiendo dudas sobre la inscripción.
Fuente: https://terraeantiqvae.com/profiles/blog/show?id=2043782%3ABlogPost%3A120903&commentId=2043782%3AComment%3A353429