La conquista de Antequera

El Sitio de Antequera de 1410 fue una victoria castellano-leonesa sobre la guarnición nazarí que otorgó gran prestigio al infante Fernando de Castilla, facilitándole la sucesión en el trono de Aragón, concluida en el Compromiso de Caspe de 1412.
En 1410 el infante Fernando de Castilla, decidió realizar una gran campaña contra los nazaríes tras algunos meses de tregua y en febrero don Fernando inició su marcha hacia la frontera, yendo de Valladolid a Extremadura, y de allí a Córdoba, donde recibió la noticia de la caída de Zahara a manos de los granadinos.
La fortaleza había resistido defendida tan solo por 20 hombres, pero el gran culpable del desastre fue un escudero llamado Antón Fernández de Beteta, que vendió información clave a los musulmanes.
El 24 de abril, los líderes cristianos, reunidos en Alhonoz, decidieron atacar Antequera, pero tuvieron que esperar a que cesaran las lluvias y conseguir reunir tropas y equipamiento suficientes.
Sin embargo, el infante Fernando, deseoso de conseguir una victoria rápida que hiciera aumentar su fama, no atendió a razones y partió de inmediato a Antequera, a donde llegó el 26 y tras rodear la villa se trajo desde Sevilla el necesario material de asedio.
Para poner fin al asedio antes de que los cristianos se atrincheraran, Yusuf III de Granada movilizó con rapidez 5.000 caballeros y 80.000 peones que, dirigidos por los infantes Sidi Alí y Sidi Hamet, llegaron a Archidona el 4 de mayo.
Al día siguiente se aproximaron a Antequera, produciéndose escaramuzas, y el día 6 se produjo una cruenta batalla, al cargar los infantes granadinos sobre las posiciones cristianas en la Sierra de la Rábida, comandadas por el entonces obispo de Palencia, Sancho de Rojas.
La batalla estuvo indecisa hasta que llegó el infante Fernando con el grueso de su ejército, poniendo al enemigo en desbandada donde fallecieron unos 15.000 musulmanes y tan solo 120 cristianos.
Tras el desastre, el emir granadino intentó concertar la paz a través de su embajador, Zayd Al-Amín, pero el regente castellano se negó, determinado como estaba a obtener una gran victoria que le abriera las puertas del trono aragonés.
El 12 de mayo por fin llegó el equipo de asedio, comenzando una frenética actividad. Tras algunos retrasos, el asalto general tuvo lugar el 27 de junio, pero fue un fracaso: las escalas resultaron ser demasiado cortas para las murallas de Antequera y los defensores lograron quemar una bastida.

Fernando I de Antequera
Para entretener a las tropas mientras se renovaba el equipo de asedio y mantener al enemigo a raya, el infante Fernando emprendió una serie de correrías por los alrededores de Antequera: se hizo una incursión en Loja y otra en Ronda, que resultó en una derrota y fue vengada al desbaratar una celada de los moros de Ronda.
El 11 de julio se envió una poderosa cabalgada que durante cinco días causó estragos por tierras de Málaga, derrotando a todas las tropas que salieron a su encuentro.
Entretanto, en la frontera de Jaén, Alonso Fernández de Córdoba derrotó a fuerzas muy superiores del yerno y visir del rey granadino, Mofarrax, en la Batalla de Montefrío, dando muerte al comandante nazarí y tomando su pendón.
El emir de Granada pidió de nuevo la paz, enviando de nuevo a Zayd Al-Amín, pero Fernando le exigió unas condiciones leoninas: declararse vasallo de Castilla, pagar cuantiosas parias y liberar a todos los cautivos cristianos.
Ante esas inaceptables exigencias, el embajador granadino intentó realizar una conspiración con algunos súbditos castellanos musulmanes para llevar a cabo la quema del campamento de los sitiadores pero fue descubierta.
Sin embargo, fuertes vientos inutilizaron las bastidas, obligando a posponer de nuevo el asalto y mientras se traían repuestos, se completó el cerco de la villa con un muro y se pidieron fondos adicionales para poder financiar las operaciones.
A mitad del verano llegaron noticias de la muerte del rey de Aragón, Martín I el Humano, a quien el infante pretendía suceder. Sin embargo, el cerco no avanzó más allá de algunas victoriosas escaramuzas.
Pero el 2 de septiembre los sitiadores lograron privar a la ciudad de su gran abastecimiento de agua pero el día 10 de septiembre llegó el Pendón de San Isidoro de León, que elevó la moral cristiana.
Días más tarde se ideó una estratagema donde desde lo alto de las bastidas, los cristianos comenzaron a disparar contra los guardias que oteaban en lo alto de las torres, hasta que los defensores dejaron de defenderlas para así evitar las numerosas bajas.
Aprovechando esta ocasión, la noche del 16 de septiembre varios soldados cristianos se descolgaron desde una bastida hasta la torre más expuesta y la tomaron.
Comenzó entonces una feroz lucha cuerpo a cuerpo en la villa que obligó a los defensores a retirarse a la alcazaba, donde pidieron negociar la entrega de la fortaleza a cambio de sus vidas, familias y bienes.
El infante les conminó a darse por cautivos y liberar a todos los cristianos, pero respondieron que preferían antes morir que entregarse pues entonces retomadas las negociaciones, tanto el Conde de Trastámara como el obispo Rojas convencieron al regente para aceptar las condiciones de los sitiados a cambio de la liberación de los cautivos.
Finalmente, se llegó al acuerdo de respetar sus vidas y bienes y permitirles poder retirarse a Archidona, para lo cual se les prestaron unas 1000 bestias de carga.
El 24 de septiembre el conde y el obispo tomaron posesión de la alcazaba, y al día siguiente salieron los últimos defensores que quedaban: 895 hombres con 770 mujeres y 863 niños.
En octubre se consagró como iglesia de Santa Eufemia la mezquita mayor y comenzó la retirada hacia Sevilla donde fueron recibidos el 14 de octubre y donde el infante Fernando pasó a ser llamado «el de Antequera».
El elevado coste del sitio de Antequera impidió continuar la guerra, aunque los benimerines propusieron una alianza contra los nazaríes pues así el 10 de noviembre se acordaron 17 meses de tregua con Granada, ahorrando así 20 millones de maravedíes en mantener el ejército y logrando la liberación de 300 cautivos cristianos.
Liberado el infante de sus preocupaciones en el sur, se centró en obtener el trono de Aragón, lo que logró en el Compromiso de Caspe de 1412.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Toma_de_Antequera